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CON CESE UNILATERAL, LAS FARC-EP DEMUESTRAN SU VOLUNTAD DE PAZ

Mientras las FARC-EP declaran un cese unilateral al fuego y las hostilidades por tiempo indefinido, el gobierno nacional insiste en mantener la ofensiva militar contra la insurgencia


En un comunicado del día 17 de diciembre, el Estado Mayor Central de las FARC-EP declaró un cese unilateral al fuego y las hostilidades por tiempo indefinido, acotando que su pleno éxito dependerá de la veeduría de UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), el CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) y el Frente Amplio por la Paz. Aunque Juan Manuel Santos recibió con beneplácito este gesto, no aceptó la verificación internacional propuesta por la insurgencia, ya que la fuerza pública no puede renunciar al deber de “combatir la criminalidad” y las “estructuras armadas ilegales” en el país.

Respecto a esta situación, el secretario departamental de DDHH de ASTRACATOL, Guillermo Cano, calificó la iniciativa de las FARC-EP como positiva en la medida en que le demuestra al pueblo colombiano su voluntad y compromiso con el proceso de paz, así como su interés por cerrarle el paso a “negativa del cese bilateral” que ha expresado gobierno insistentemente; igualmente, calificó la postura del gobierno como desacertada, por cuanto no retribuye el gesto de paz de la guerrilla; por el contrario, lo descalifica en la practica, ya que insiste con la ofensiva militar, poniendo al descubierto que la consecución de la paz no le interesa mucho.

Frente a esto último, Guillermo Cano fue enfático al subraya que el gobierno no está ofreciendo los gestos de paz indispensables. Por una parte, insiste en fortalecer el pie de fuerza militar: “para el departamento del Tolima, para el sur, el gobierno acaba de anunciar que habrá un nuevo batallón de alta montaña, a parte de todos los que ya existen”. Por otra, “la posición del gobierno es seguir recrudeciendo la violencia contra la población trabajadora y, más específicamente, contra el campesinado”, por cuanto militariza los territorios rurales donde se van a desarrollar proyectos mineros e hidroeléctricos y ataca a quienes se oponen, señalándolos, judicializándolos o no actuando contra las amenazas paramilitares que sobre ellos se ciernen.

A pesar que el cese unilateral declarado por las FARC-EP es importante, Guillermo Cano consideró que no es determinante en la construcción de la paz en Colombia. A su criterio “el gobierno debe hacer unos cambios políticos en la estructura del país”, entre estos “bajarle a la entrega de los recursos naturales que esta haciendo a las transnacionales, porque de ahí es que ha dependido el ataque y la persecución del campesinado”. De esta manera, siguiendo a Cano, es como el fin del conflicto y la paz estable y duradera podría llegar a Colombia.