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AMOR, PAZ, DEMOCRACIA, SOBERANÍA, INDEPENDENCIA, LIBERTAD… TODO ESO ES VOTAR POR GUILLERMO CANO

Guillermo Cano interviniendo en la plaza pública. Foto: Conexión Abierta TV

Guillermo Cano no es de aquellas personas que ejercen la política como “oficio vulgar de ganapanes”, para utilizar el decir de Darío Echandía. No es un político de los que trabajan con la obsesión de construir su propio pedestal. No le interesa que un día se vaya a escribir su biografía. Ni va a morir mirándose en el espejo. Guillermo Cano es un hombre dedicado, en cuerpo y alma, a servir al pueblo.

Cuentan los viejos rosaristas, aquellos que estudiaron en el Claustro donde todavía resuenan las palabras de José Celestino Mutis trasmitiendo a los neogranadinos el contenido del “golpe cosmológico” propinado por Copérnico al narcicismo de la humanidad, que monseñor José Vicente Castro Silva, quien fuera rector de dicha universidad durante 38 años, solía decir a sus discípulos: “El que quiera colocarse por encima de los demás, que se dedique a servirles”. Admonición contundente de típico contenido escolástico –imbricada en la concepción tomista del “bien procomún” – que vale la pena evocar ahora, cuando las nuevas concepciones cristianas, precipitadas por la palabra viva e hiriente del Papa Francisco, procuran devolver a quienes hicieron de la Cruz su símbolo, el sentido primigenio y generoso de “la entrega”.

Pero la entrega de un hombre como Guillermo Cano a los demás va mucho más allá que eso: Él nunca ha tenido el afán de “colocarse por encima”. Es más, dicho afán, si se le sugiriera, sería inmediatamente rechazado por él, por vergonzoso. Este hombre no conoce la arrogancia ni ha sido, para nada, un aprovechado. Pero no se crea que es “persona servicial” en el sentido ingenuo de la palabra. Él sirve para que la causa de los desposeídos, la transformación radical de la sociedad, se pueda realizar.

Guillermo ha sido un luchador social. Es un campesino de tiempo completo. Ha librado incontables batallas por la reforma agraria integral, el derecho a la educación, a la salud, a la cultura, al disfrute del ambiente y la preservación de la biodiversidad. Es un verdadero adalid de la defensa de los territorios, de los derechos humanos, del derecho de gentes, del derecho de los pueblos a la autodeterminación, del derecho humanitario, de la soberanía alimentaria, de las zonas de reserva campesina. Tiene una sólida cultura política adquirida en la praxis, en la universidad de la vida; su sabiduría no es el típico subproducto del adiestramiento libresco. Para él, el conocimiento no es simple “mariposa de contemplación” sino Caja de herramientas para transformar profundamente las estructuras obsoletas que rigen la vida de Colombia; y para hacer que la letra inane de los pomposos dictados constitucionales algún día se convierta en realidad. Pareciera que él ha hecho suyas las palabras de Gaitán: “No queremos la igualdad formal ante la ley; necesitamos la igualdad real ante la vida”.

Hablando en términos históricos, Guillermo Cano es un comunero de los que vivían -al choque de las realidades- la consigna justiciera de José Antonio Galán: “Unión de los oprimidos contra los opresores”. Un libertario independentista convencido con Simón Bolívar que los hombres somos pigmeos al lado de los pueblos y que “somos simples briznas en medio del huracán revolucionario”. Un radical que piensa, como Murillo Toro, Santos Acosta, Santiago Pérez, Aquileo Parra y Baldomero Sanín Cano, que la educación es lo que hace al ser humano y por ende lo que lo libera. Un gaitanista cabal, indo-colombiano. Una vez, conversando en Bogotá sobre la gesta del “apóstol, paladín y mártir”, como llamara Darío Samper al hombre que fue un pueblo, me dijo: “Algún día tendremos una patria como la que Gaitán soñó y ambicionó para su pueblo”.

Guillermo Cano es enemigo declarado de la miseria, del neoliberalismo, de la explotación del ser humano, de la megaminería depredadora, del espíritu cipayo de los gobernantes que lotean la nación y disponen del suelo sagrado de los colombianos para ponerlo al servicio de las multinacionales… ¡Y, obviamente, de la globalización de la indignidad!

Ese hombre del “puro pueblo”, auténtico, leal a sus convicciones, íntegro en su proceder, perseguido, zaherido, fogueado en mil batallas, sin esguinces ni anfractuosidades en su compromiso con la comunidad, hace parte de la lista de MAIS a la Asamblea del Tolima, en representación de ‘Marcha Patriótica’. Si él llega a esa corporación -como yo lo espero- va a honrarla con su proceder intachable y decoroso; y con la sapiencia que la vida le ha dado. Él no le va a jugar al CVY (¿Cómo voy yo?), ni al CVS (¿Cómo va mi secta?), sino al CVT y al CVC (¿Cómo va el Tolima? ¿Cómo va Colombia?).

Desde los tiempos en que Juan de la Cruz Varela fue Diputado a la Asamblea del Tolima por el gaitanismo (períodos 1.945 – 1.947 y 1.947 – 1.949) ningún campesino de la talla, la visión, el liderazgo y la prospectiva de Guillermo Cano ha ocupado una curul en dicha Corporación. ¡Su llegada a ella sería un hecho verdadero de ruptura popular constituyente!

Votar por Guillermo Cano es votar por la autenticidad; por lo raizal; por el respeto a “la Pachamama”; por la Justicia redistributiva; por la lucha contra el despojo, el atropello y la “acumulación por desposesión”, de acuerdo con el sabio decir de David Harvey.

Pero, ante todo, votar por Guillermo Cano es votar por la paz. Por la paz con justicia social, y con dignidad. Por el éxito de un proceso que se ha constituido en el acontecimiento político más importante de los últimos cincuenta años en Colombia; más importante, incluso, que la expedición de la Constitución de 1.991. ¡Porque la firma del Acuerdo definitivo entre el gobierno y la insurgencia armada está destinada a tener mayores desarrollos, significaciones más hondas y más grandes repercusiones!

Votar por Guillermo Cano es votar por la siembra de una Democracia nueva y directa que comience a erigirse en Colombia como contrapartida de los engaños, las falacias, las simulaciones, las tramas, las operetas, el gatopardismo, los atropellos y las barbaridades de una ‘clase dirigente’ irresponsable que ha consagrado el clientelismo, las privatizaciones, la corrupción, la narcopolítica, la parapolítica, el vasallaje, la indignidad, como los factores constitutivos del ethos de la patria. Clase dirigente que posibilitó el auge y la prepotencia del oligarquiconarcoparamilitaroterratenientismo.

¡Votar por Guillermo Cano es un acto de Paz, Democracia, Soberanía, Independencia y Libertad!

¡Votemos por Guillermo Cano para contribuir a forjar una patria en la que todos vivamos bien!

¡Votemos por Guillermo Cano para asomar nuestros perfiles al futuro que amerita la construcción de un nuevo Tolima, de una nueva Colombia, de una nueva humanidad!

Escrito por Jairo Rivera Morales, ex-senador de la República

CONCLUSIONES Y COMPROMISOS DE LA AMARRADA A LA RECTORÍA DE LA UT

Los activistas y estudiantes que protagonizaron la protesta en la rectoría de la UT el pasado 10 y 11 de septiembre dialogaron públicamente con los candidatos a rector para el periodo 2015-2018: José Herman Muñoz (rector actual) y Germán Rubio. A partir de este dialogo, quedaron las siguientes conclusiones y compromisos.


TOMA A LA RECTORÍA DE LA UT: POR AUTONOMÍA Y DEMOCRACIA

Activistas y estudiantes de la Universidad del Tolima se tomaron la rectoría demandando la presencia de los dos candidatos a rector José Herman Muñoz, actual rector de la universidad, y German Rubio, quienes serán puestos a consideración el día de mañana en una consulta a la comunidad universitaria

Exigencias de los estudiantes agolpados en la rectoría de la UT. Foto: AEP.

Igualmente, se generó un plantón en la puerta de la rectoría como consecuencia de la poca participación que tiene el estudiantado frente a al proceso de elección. Los estudiantes piden, por medio de un comunicado, al Consejo superior que “se reanude el proceso de elección, abrir una nueva convocatoria” y que haya una legitimación del resultado de la consulta haciendo a la comunidad universitaria participe de la elección de rector. Estas exigencias son, como lo ratifica el documento, para bienestar de la comunidad y como exigencia de atención a los problemas severos que la Universidad presenta actualmente.

Con pancartas y amarrados a la puerta de la rectoría los estudiantes, afirman quedarse en el lugar hasta que se hagan presentes los candidatos anteriormente mencionados. En la marcha la Defensoría del Pueblo visitó el lugar asegurando que a primera hora del día de mañana se encontrarán dispuestos los dos candidatos a dialogar acerca de los 6 puntos, expuestos en el pliego de exigencias (ver documento completo).

La toma pacífica de la rectoría se extenderá hasta el día de mañana ya que el candidato Rubio no se encuentra en la ciudad.

PLIEGO DE EXIGENCIAS: “POR UNA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA AUTÓNOMA Y DEMOCRÁTICA”

Exigencias de los estudiantes agolpados en la rectoría de la UT. Foto: AEP.

Ante la necesidad de elegir el nuevo rector de la Universidad del Tolima, su Consejo Superior definió un proceso tendiente a agotar los requisitos que contempla la normatividad para tomar esta decisión: apertura de convocatoria, revisión de las hojas de vida, consulta a los estamentos universitarios, entrevista con los candidatos y sesión única para determinar quién será el futuro rector de la universidad; sin embargo, lo hizo en detrimento de un necesario dialogo con el grueso de los estamentos universitarios, mas cuando la comunidad de la UT necesita claridades sobre las razones de su insolvencia financiera y de todas las anomalías que ha atravesado. En otras palabras, el Consejo Superior obró en contravía de un ejercicio realmente democrático que le permitiera a los estudiantes, profesores, egresados y trabajadores documentarse sobre el curso actual de la universidad e incidir en la construcción de salidas a la grave situación que hoy afronta el Alma Mater.

Justo a esto, vale la pena destacar que el proceso que hoy desarrolla el Consejo Superior no asume la elección del rector como una oportunidad para construir una solución a los problemas crónicos que se han enquistado en la UT. Mientras los candidatos hacen proselitismo e inundan las redes sociales con discursos optimistas, los estamentos universitarios, especialmente los estudiantes, nos hundimos en la zozobra al no saber cuál va a ser el futuro de la universidad. De esta manera, el clima en el que se está efectuando el proceso conducente a la elección del rector por parte del Consejo Superior supone que la UT va por buen camino, que “la crisis no existe” y que la universidad es el vivo reflejo de la autonomía universitaria.

Lastimosamente, nos corresponde elevar –junto a quienes en los últimos días también lo han hecho– una voz de inconformidad. No creemos que la situación de la universidad deba menospreciarse como actualmente está ocurriendo y que la elección del rector (o su reelección) signifique darle una mera palmadita en el hombro a quien lo va a asumir. Por esto, queremos dejar constancia que la mejor determinación que puede tomar el Consejo Superior en este momento es la de reanudar todo el proceso de elección, abrir una nueva convocatoria para que los estamentos postulen sus candidatos y someterlos a una consulta que sea realmente respetada por el Consejo.

Y, como sabemos que no será así, porque el afán del actual rector-candidato lo obliga a que el Consejo Superior decida quién será el rector antes del 25 de octubre, consideramos urgente que los dos candidatos –en primera medida– que hoy se disputan la rectoría de la universidad asuman unos compromisos con quienes estamos protagonizando la presente acción de protesta; por lo cual, exigimos de manera inmediata la presencia del rector-candidato José Herman Muñoz y el candidato Germán Rubio, así como la presencia del representante de los estudiantes ante el Superior, el representante de los profesores y el representante de los egresados, con el fin de concretar un compromiso inicial de cara a la determinación que tomará el Consejo Superior.

Creemos oportuno aclarar los compromisos a los que aspiramos no corresponden a unos intereses de grupo, sino que corresponden a reivindicaciones históricas de los estudiantes que son necesarias materializar.

1. Construir salidas a la crisis financiera de la Universidad del Tolima en común acuerdo con los estamentos universitarios, privilegiando el dialogo permanente a través de asambleas u otros mecanismos de participación y sin acudir a la profundización de las estrategias de autofinanciación como el aumento de los costos de matricula o la venta de servicios a empresas privadas dedicadas a la explotación de la riqueza natural del departamento.

2. Declarar públicamente que la universidad no comprometerá sus funciones misionales: docencia, investigación y extensión, al servicio de las actividades mineras que se pretenden desarrollar en Cajamarca o en cualquier municipio del departamento.

3. Facilitar, junto con los representantes estudiantiles, profesorales y de egresados, la realización de una audiencia pública con todos los integrantes del Consejo Superior a la cual puedan participar los estamentos universitarios y los movimientos sociales del departamento, antes de la sesión definitiva que definirá quién será el rector de la UT.

4. Iniciar un proceso de reforma de los estatutos de la universidad (estatuto general y estatuto estudiantil), en aras de modificar los mecanismos de participación de los estamentos universitarios, así como su incidencia en las decisiones en los Comités Curriculares, los Consejos de Facultad, el Consejo Académico y el Consejo Superior.

5. Elaborar, de la mano de los estamentos universitarios, una hoja de ruta para abordar el problema de la comercialización y consumo de psicotrópicos y psicoactivos en la universidad, sin tener que apelar a medidas que signifiquen tratamientos represivos o policivos que tiendan a quebrantar la autonomía universitaria.

6. Garantizar que no habrá ningún tipo de represalia disciplinar o académica contra quienes hoy están protagonizando la presente acción de protesta.

Esperamos que estos compromisos ayuden a revitalizar el ejercicio democrático en la universidad y le permitan a los estamentos universitarios asumir un papel realmente protagónico en la vida universitaria de la UT.

Universidad del Tolima, 10 de septiembre de 2015

ACTIVISTAS Y ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

NO TE DEJES METER EL GOL: 5 RAZONES PARA NO VOTAR EN LA CONSULTA POR RECTOR DE LA UT

El próximo viernes 11 y sábado 12 de septiembre se realizará la consulta para determinar el candidato con más simpatía entre la comunidad universitaria que podría asumir la dirección de la UT. Y, como ninguno representa la continuidad de los males que han definido a la universidad, presentamos a continuación 5 razones para no votar en la consulta y promover la abstención.


GUILLERMO CANO: ENTRE LA TIERRA Y LA POLÍTICA

En medio de los conflictos entre trabajadores campesinos y terratenientes, nació, creció y se formó Guillermo Cano. Oriundo de Antioquia, vivenció los abusos de los hacendados, quienes aprovecharon la “violencia bipartidista” para satisfacer sus intereses sobre la tierra, hasta cuando tomó la determinación –a sus 13 años– de enfrentar el oprobio y la injusticia. De ahí en adelante, ha estado en todas en las que ha podido, guardando fidelidad a los principios de abnegación, amor al pueblo y lucha incesante por la paz.

Guillermo Cano interviniendo ante el pueblo de Anaime-Cajamarca. Foto: AEP.

Guillermo se destacó como agitador y organizador en los diferentes lugares donde ha estado. A comienzos de la década del 70, en la zona bananera del Urabá, ayudó en la estructuración de un sindicato de trabajadores de las bananeras en el municipio de Apartadó y, de forma casi simultánea, en la conformación de la Junta de Acción Comunal en Cabeceras de Mulato. Cuando le tocó radicarse en Medellín, ya que su vida estaba en riesgo por el trabajo que había realizado en el Urabá, continuó alentando la organización de los sectores populares de la comuna oriental, así como su articulación en torno a la naciente Unión Patriótica, agrupación a la cual se vinculó por su simpatía y a la que levantó junto con sus compañeros del Partido Comunista Colombiano y un basto numero de activistas que vieron en la UP una opción distinta a los partidos tradicionales.

Lastimosamente, la barbarie militar y paramilitar de mediados de la década del 80 acompañada del silencio cómplice del Estado, obligaron a Guillermo a mirar hacia otro lugar. Como Medellín ya no era segura, optó por desplazarse hacia Cali, ciudad que lo acogió de una manera muy ingrata porque también fue victima de la persecución. Aún así, siguió acompañando a las agrupaciones de los trabajadores y cultivando la organización de los sectores populares hasta cuando las condiciones se lo permitieron, ya que Cali lo despidió de la misma forma como lo recibió, lo cual le significó moverse e instalarse en la fría Bogotá.

En la capital, Guillermo no renunció a su actividad política. En Ciudad Bolívar no perdió oportunidad para incitar a la organización, conformar asociaciones de destechados, invadir predios y construir esperanzas de vida con quienes –al igual que él– no tenían nada que perder; incluso, su activismo le permitió acercarse a los jóvenes y levantar iniciativas en las cuales la música, la danza y el teatro estuvieron presentes. A pesar que su paso por Bogotá fue transitorio, porque comenzó a compenetrarse con el movimiento campesino del sur y el oriente de Cundinamarca, no abandonó los hilos que lo ataban al proceso en Ciudad Bolívar.

Después de Bogotá, Guillermo se desplazó hacia el campo. Suponiendo que iba a encontrar algo de tranquilidad, no dudó en irse a vivir a la zona rural de Dolores-Tolima. Sin embargo, ese municipio no escapaba a la dinámica del conflicto armado: el avance y expansión del paramilitarismo en el departamento, y los vientos guerreristas que soplaron después del fracaso del proceso de paz del Caguán, convirtieron a Dolores en una zona tensa, agitada por los cruces de disparos y, al igual que todo el sur del Tolima, abandonada por el Estado. Por esto, la tranquilidad que buscaba Guillermo se vio perturbada por la zozobra y la necesidad de elevar –una vez más– una voz de protesta contra la injusticia y la necesidad de ponerle punto final al conflicto armado colombiano.

En Dolores, Guillermo animó la organización del campesinado y protagonizó varias movilizaciones y protestas. Alrededor de la necesidad de resolver los principales problemas de los pequeños agricultores, él articuló sus esfuerzos y el de sus compañeros a todo un movimiento departamental que en 2007 confrontó al gobernador Oscar Barreto y paralizó la ciudad de Ibagué. De esta manera, Guillermo comenzó a destacarse como un activista notable y distinguido en el Tolima, lo cual le permitió integrar –desde su fundación– el equipo de dirección departamental de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Tolima (ASTRACATOL) y años después el Comité Ejecutivo de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (FENSUAGRO), en el cual hoy es su vicepresidente.

Guillermo Cano participando en la rueda de prensa convocada por la organizaciones sociales y políticas en Ibagué-Tolima. Foto: AEP.

La experiencia de Guillermo le dio para comprender que la política también se ejerce al margen de las corporaciones y los cargos públicos. En su práctica, tal ejercicio pasa por la calle y se recrea en la protesta, la movilización y el paro, porque tienden a modificar las políticas de un gobernante o una institución y no limita la participación de la gente a la concurrencia a unas votaciones o a criterios de edad: para Guillermo, la política la pueden protagonizar todos quienes busquen un fin común y tengan la capacidad de unirse y ejercer la presión suficiente para lograr sus cometidos.

¡Obvio! Guillermo también tiene claro que la política y la lucha por el bien común se desarrolla en los consejos, las asambleas y el parlamento, sin que en estos se logre todo. Y, aunque no ha podido ejercer su derecho al voto plenamente, cuando pudo animó candidaturas con vocación popular o ayudó a quienes aspiraban a constituir una voz disidente en las corporaciones públicas. ¡Eso si! La mayoría de las veces dichos apoyos no representaron ganancias notables, porque siempre le significó enfrentarse a maquinarias tradicionales bien aceitadas que con prebendas sedujeron votos y aseguraron concejales, diputados, representantes y senadores.

Pese a esto último, Guillermo considera que las condiciones han ido cambiando en el Tolima desde 2007. Los movimientos sociales se han tornado más activos, así como los niveles de insatisfacción frente a la minería a cielo abierto y la privatización del agua. Basado en esto, aceptó la propuesta de algunas organizaciones sociales y populares del departamento de candidatizar su nombre a la asamblea del Tolima y, por primera vez en su vida, asumir un nuevo escenario de lucha.

Guillermo sabe que las posibilidades a la asamblea son relativas, mas cuando tiene que enfrentarse –como ya lo hizo– a gamonales de la política que durante años y años han amasado votos, han estructurado unas maquinarias poderosas y cuentan con los dineros suficientes para afrontar la disputa por una curul en la asamblea; sin embargo, considera que el ejercicio electoral puede constituir una opción para construir, junto a la gente, unas nuevas formas de hacer política y, con posterioridad, nuevos tejidos orientados a transformar las condiciones indignas en las que viven las mayorías en el Tolima y en Colombia.

Escrito por @juangbermudes

3 AÑOS DE ADMINISTRACIÓN. 10 DESACIERTOS FRENTE A LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA

Durante casi 3 años, José Herman Muñoz, actual rector de la Universidad del Tolima y candidato a la rectoría de la institución para el periodo 2015-2018, deja una gestión controversial. A continuación, 10 desaciertos frente a la autonomía universitaria que lo demuestran.