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9 DE ABRIL: TODXS HACIA BOGOTÁ

Llamamiento a los estudiantes de la Universidad del Tolima y de Ibagué

El diálogo vuelve a despuntar en la historia nacional. El gobierno de Juan Manuel Santos y la insurgencia de las FARC-EP se han dado cita en la Habana-Cuba. El propósito: ponerle fin al conflicto armado e hilar un acuerdo de paz duradero.

Y con toda razón… Las heridas y cicatrices causadas por años y años de confrontación armada exigen de un punto final: el país no puede seguir desangrándose y las generaciones futuras no pueden repetir la historia de quienes vivimos el pasado y el presente. Por ende, el diálogo entre el gobierno y las FARC-EP representan una pieza clave en todo este proceso, y merecen de la atención, acompañamiento y respaldo del pueblo colombiano.

Sin embargo, el éxito de estas conversaciones no sólo debe implicar el fin del conflicto armado, sino la erradicación de las causas que lo generan. Por esto, cualquier acompañamiento y respaldo a los diálogos de la Habana, debe comprometer la reivindicación permanente de unas transformaciones sociales, políticas y económicas, es decir un cuestionamiento del modelo económico, su discusión y replanteamiento en aras de garantizar la vida digna de todas las y los colombianos.

En correspondencia con esto, los diálogos no deben reducirse a una mera interlocución entre el gobierno y las FARC-EP. Una paz verdadera se teje con la participación de campesinos, indígenas, trabajadores, intelectuales, estudiantes, empresarios, creyentes y no creyentes, hombres y mujeres de a pie. Por lo tanto, el respaldo a las conversaciones de la Habana, debe comprometer un grito de exigencia al gobierno tendiente a que incluya al pueblo en la edificación de una paz duradera.

Compañeros: es hora de la paz y nuestro deber es ayudar a edificarla. El diálogo al que asistimos es una ficha más en el rompecabezas de la paz. Las demás están en nuestras manos. Solo depende de ayudar nosotros juntarlas, solo depende de nosotros y muchos más pisar fuertemente las calles y plazas publicas para elevar nuestra pretensión.

Y la mejor oportunidad debe ser el próximo 9 de Abril. En el marco de la convocatoria a una segunda marcha del silencio, como la encabezó Jorge Eliécer Gaitán hace 65 años, nosotros debemos sumarnos a los torrentes de gentes que se tomarán las calles. A quienes se identifican con un partido o movimiento político y a todos aquellos quienes viven día a día la pobreza, la exclusión y la falta de oportunidades, los invitamos a enriquecer los anhelos de paz. Con las banderas de todos los colores, pongamos nuestra voluntad al servicio de un nuevo país.

Somos más: ahora si la paz
9 de Abril: movilización por la paz, la democracia y la defensa de lo público

Comité de impulso de la movilización-Universidad del Tolima