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SÍ USTEDES SON EL FUTURO DE LA PATRIA, ENTONCES TOMEN CONCIENCIA DEL PRESENTE: SERGIO HERNÁNDEZ

Sergio Hernández, comandante ZVTN "Marquetalia, Cuna de la Resistencia" en la Universidad del Tolima. Foto: AEP.

Con ocasión al Congreso Regional de Paz, que se desarrolló el pasado 27 de abril, arribó a Ibagué una delegación de las FARC-EP en la que predominó la presencia femenina. Pese a esto, y de los cerca 400 participantes, sobresalió Sergio Hernández, uno de los comandantes de la Zona Veredal Transitoria de Normalización (ZVTN) “Marquetalia, Cuna de la Resistencia”, quien de la mano de Antonia Nariño y Simona Luna Bolchevique, llegó a la ciudad musical de Colombia disparando ideas en vez de balas, levantando propuestas en vez de trincheras.

Una vez terminado el Congreso Regional de Paz, el cual fue calificado por el comandante Sergio como “un evento muy importante, ya que involucró a todos los sectores sociales y populares e inclusive a sectores políticos que, de una u otra manera, vienen aportándole a la paz”; logramos comprometerlo –para el día siguiente– con una conversación sobre diferentes temas. Así, junto con el equipo de trabajo del programa radial Su-Versión-es e integrantes de los colectivos de la Federación de Estudiantes Universitarios en la UT, intercambiamos opiniones e ideas sobre el estado de la ZVTN, el compromiso de los militantes de las FARC-EP en la construcción de la paz y el papel de la universidad y los estudiantes en el nuevo momento político. Afortunadamente, la amabilidad, sencillez y precisión del comandante, nos permitió hilar un dialogo fluido y matizado por chistes y chanzas que parecían borrados por la guerra.

LA SITUACIÓN EN LA ZONA VEREDAL

Según el comandante Sergio, vivía mejor cuando integraba la compañía Víctor Saavedra que operó en el centro del Valle del Cauca y, posteriormente, cuando pasó a integrar el Frente 21, ya que “en las Zonas Veredales las obras no avanzan”. En las áreas que operaron estas estructuras –nos dijo– tenía todas las condiciones para vivir sin tanto complique, porque podía adecuar su caleta (dormitorio) y el campamento de una manera digna. Ahora, en el área de la Zona Veredal es muy difícil hacer esto, porque “las obras están al 30 por ciento”, lo cual hace que los “guerrilleros y las guerrilleras vivamos en unas condiciones prácticamente infrahumanas”: “no tenemos los baños adecuados, tenemos un agua muy insuficiente, no tenemos dónde dormir, tenemos 25 niños los cuales tampoco tienen donde dormir”. En definitiva, están sufriendo los incumplimientos de un gobierno que de vez en cuando pisa el acelerador del proceso de implementación del acuerdo final de La Habana.

LAS FARC-EP FRENTE A LOS INCUMPLIMIENTOS DEL GOBIERNO

Contrario a lo que esperan los adversarios de la paz, el panorama en la que están las Zonas Veredales no los ha llevado a cometer acciones desesperadas. El comandante Sergio, a este respecto, sostuvo que el conjunto de la insurgencia está asumiendo la situación descrita como una acción de abnegación a favor de la paz: “ahora estamos viviendo en condiciones no dignas para seres humanos (…) pero allí (en la Zona) estamos asumiendo los sacrificios que exige la paz de Colombia”.

Igualmente, y en medio de las adversidades, los guerrilleros agrupados en la Zona Veredal y, próximamente a hacer política sin armas, se aprestan a salir a las comunidades a exponer su proyecto político. En esta materia, Sergio señaló que diariamente sus compañeros estudian el acuerdo de La Habana, así como otros asuntos de interés y vitales para su actividad política. De hecho, algunas de estas jornadas las han hecho en conjunto de las comunidades rurales que se han acercado inquietas y expectantes de los resultados del proceso de implementación del acuerdo.

DEL CONFLICTO ARMADO AL REENCUENTRO CON LAS COMUNIDADES

De una u otra forma, como lo expresó Sergio, el tejido social del área donde se encuentran ha experimentado cambios. Indiscutiblemente, la presencia de las FARC-EP y de todo el dispositivo garante de la dejación de armas ha permitido nuevos relacionamientos entre las veredas, a partir de encuentros y reencuentros entre sus gentes. El ejemplo más considerable –nos comentaba el comandante– está alrededor de un campeonato de microfutbol que, junto a las comunidades, organizaron. Aunque está próximo a culminarse, los encuentros deportivos han constituido una forma de retomar los espacios para el deporte y la recreación que el conflicto utilizó como teatros de operaciones y están abriendo una brecha para alimentar el interés de los niños, niñas y jóvenes alrededor del futbol.

LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIANTES Y LA UNIVERSIDAD

El Sergio Hernández, indiscutible organizador de las FARC-EP, destacó la importancia de los estudiantes y la universidad en la implementación del acuerdo. Tras reiterar un saludo “a los grupos deportivos de la universidad, a los grupos artríticos, a la asociación colombiana de estudiantes, a la organización colombiana de estudiantes, a los semilleros de investigación, a los estudiantes de los partidos políticos y a los encapuchados (…) que se vinculen a la lucha estudiantil”, el comandante sostuvo que no pueden mantenerse aislados, cada uno por su lado; por el contrario, señaló que deben unificar criterios organizativos y articular su actividad en una sola organización estudiantil. La idea es que “los estudiantes organizados se unan y coordinen todos estos procesos estudiantiles para que peleemos juntos para el logro de la implementación del acuerdo, para que le exijamos al Estado el cumplimiento del acuerdo, sobre todo en materia de educación”.

Y fue muy enfático en esto, porque “se requiere que la universidad le abra las puertas a los jóvenes campesinos y a los jóvenes de los estratos pobres y de los barrios populares de las ciudades”. Ante esto, Sergio propone que “la universidad llegue al campo, que se construyan sedes universitarias –por decir algo– en el municipio de Planadas, en el municipio de Chaparral”. Entonces, sería muy importante que “los estudiantes se unieran para que se logre la democratización de las universidades, porque la universidad juega un papel muy importante en la implementación del proceso de paz”, aseveró.

Finalmente, y a manera de despedida, el comandante Sergio llamó a los estudiantes y a los jóvenes a jugar un papel decisivo en el momento actual: “jóvenes, si ustedes son el futuro de la patria, entonces tomen conciencia del presente, organicemos, unámonos para construir la Nueva Colombia”.

LOS ESTUDIANTES SOMOS CONCIENCIA CRÍTICA

QUE SE ABRAN LAS UNIVERSIDADES COMO ESCENARIOS DE DEBATE

30 de marzo de 2017


Desde la Federación de Estudiantes Universitarios, FEU-Colombia, en la Universidad del Tolima y como estudiantes consientes del momento político que vive el país, vemos con preocupación la desconexión existente en las universidades de Ibagué respecto al proceso de implementación de los acuerdos entre el gobierno nacional y las FARC-EP; por esto, reconocemos la imperante necesidad de escenarios de pedagogía para la paz y DENUNCIAMOS la actitud mezquina que han tenido algunos dirigentes del departamento, quienes se han empecinado en seguir generando odio y rencor. Lenguaje y actitud que no permite avanzar hacia la reconciliación a la que estamos llamados como actores preponderantes de la paz que tanto anhela el país.

Ante esto, unificamos nuestra voz para respaldar a los profesores de la Universidades que lideraron la iniciativa “Diálogos abiertos de paz-DAPAZ”, escenario que buscaba intercambiar experiencias, vivencias y percepciones por medio del dialogo y el debate entre los estudiantes, actores sociales y delegados de paz de las FARC-EP; escenario, en ultimas, de reconciliación para una región que vio nacer el conflicto armado colombiano.

Con lo anterior es importante mencionar el papel que juegan las universidades en torno a la construcción de escenarios de paz. En esta medida, es perentorio recordar que la universidad Colombiana ha sido víctima del conflicto armado, tema por el cual no son ajenas a las discusiones nacionales y por el contrario juegan uno de los papeles más importantes: la generación de nuevos profesionales, el acercamiento con nuevos actores y el cumplimiento de la real función misional de la universidad con la sociedad.

Así, llamamos a los estudiantes de a pie, al ciudadano, al parcero, al compa, al profe a que DEFENDAMOS los diferentes espacios de debate y discusión entorno a la paz y a que se ABRAN nuevos escenarios para debatir, estudiar, discutir sobre el papel que juegan las universidades de Ibagué en la construcción de esta nueva senda de paz, y hacerle frente al debate que es tan pertinente para iniciar con el desescalamiento del lenguaje y del conflicto con los detractores y amigos de la guerra.

Fraternalmente:

FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS, FEU-COLOMBIA
Universidad del Tolima

PARA LA ADMINISTRACIÓN, EL COSTO DE LA MATRÍCULA NO FUE SUFICIENTE

En la Universidad del Tolima, el costo total de la matrícula comprende tres rubros mínimos: su valor, los derechos complementarios y el Internet. Sin embargo, a los estudiantes –por como va la universidad– les va a corresponder asumir otros costos, como les ocurrió a los estudiantes de Enfermería.


En función de preparar y convocar una jornada académica dedicada a la “Actualización en Procesos Básicos de Enfermería”, el pasado martes 28 de febrero, los estudiantes de este programa solicitaron ante la Oficina de Desarrollo Institucional (ODI) de la UT el préstamo de uno de unos de sus auditorios. Karen Andrea Rodríguez, estudiante de Enfermería de la Universidad del Tolima, y quien efectuó este trámite manifestó que la respuesta de los funcionarios de la ODI no fue satisfactoria: “la orden de la rectoría era cobrar por el préstamo de auditorios”, indicó quien la atendió.

Ante esta situación, Karen Andrea expresó su insatisfacción diciendo que “no estaba de acuerdo con esa medida (…) ya que nosotros somos estudiantes, no personas ajenas a la institución”. El funcionario de la ODI replicó señalando que algunos estudiantes, quienes solicitaron en el pasado estos espacios, trataron mal las instalaciones; por lo cual, no era posible facilitarles el auditorio. Y, para agilizar el préstamo del espacio, el funcionario de la dependencia instó a Karen Andrea a que se dirigiera a la decanatura de su facultad o a la dirección de su programa, ya que estos pueden gestionar dichas instalaciones con mayor facilidad. Proceso que se puede gestionar con una carta.

Si las cosas siguen así, la universidad asistirá a una profundización de las estrategias de autofinanciación, en función de atenuar su grave crisis y, en general, la crisis de la educación superior colombiana.

DESDE LAS UNIVERSIDADES, FLORECE UNA VOLUNTAD DE PAZ

El pasado 14 de febrero la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia (FEU-Colombia) lanzó oficialmente su proyecto de voluntariado de paz, una iniciativa que pretende acercar mucho más a la universidad y la sociedad en general con el momento actual que vive el país


En conversación con la Secretaría General de la FEU-Colombia, María Alejandra Rojas Ordóñez, nos contó que “el Voluntariado de paz es una iniciativa que busca constituirse como una forma de movilización que teja puentes entre los estudiantes de las distintas Instituciones de Educación Superior nacionales e internacionales y la sociedad colombiana, en perspectiva de construcción de Paz desde los territorios contribuyendo a superar los retos de la implementación del Acuerdo de Paz” y que en esta iniciativa podrán participar estudiantes de pregrado, posgrado, pasantes y profesionales.

“Allí se pretende comprometer a los estudiantes de Colombia y del exterior desde sus diferentes prácticas académicas y profesionales a contribuir al desarrollo y sostenimiento del actual procesos de paz”.

Según María Alejandra, el voluntariado de paz se organiza en tres modalidades: investigación, brigadas ordinarias y extraordinarias y pasantías o prácticas académicas. Estas modalidades están pensadas tanto para que las universidades contribuyan en el cambio del país enviado a sus futuros profesionales a las Zonas Veredales de Transición y Normalización (ZVTN), como para que los mismos sean quienes contribuyan, desde las universidades, barrios y lugares en los que habitualmente se encuentren, con la construcción de la paz.

Este proyecto arrancará con las primeras brigadas que irán del 10 al 15 de abril y las cuales tendrán sus inscripciones abiertas hasta el 10 de marzo. Estas se llevarán a cabo en las ZVTN de Icononzo, Mesetas, Dabeiba, Planadas, Fonseca, Caldono y Remedios. La paz esa ahora y en las universidades empieza a nacer una voluntad de paz.

Inscripciones en: https://goo.gl/oSMgv4

ALGO BUENO ESTÁ POR PASAR. NOSOTROS NO PODEMOS QUEDARNOS ATRÁS

Foto: Marcha Patriótica - Tolima.

Uno de los conflictos armados más largos del mundo está próximo a su fin. El acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera logrado por la insurgencia de las FARC-EP y el Gobierno Nacional en la mesa de La Habana el pasado 24 de agosto, ha expresado un paso definitivo en este sentido. De hecho, ha abierto un haz de esperanza para que las futuras generaciones no se queden atrapadas en una historia de sangre, dolor y muerte.

Lastimosamente, este hecho no es del agrado de algunos, puesto que lesiona sus intereses y los beneficios que les deja el conflicto armado. Frente a esto y a través de mentiras, las tendencias más reaccionarias a los diálogos de La Habana han procurado confundir a las personas del común, desarrollando una campaña sucia en contra del acuerdo alcanzado y su posible implementación. Por esta razón, han convocado a pronunciarse con un “No” en el plebiscito que se efectuará el 2 de octubre del presente año y cuyo propósito es refrendar lo realizado por las FARC-EP y el Gobierno en Cuba.

Aunque respetamos los puntos de vista frente al proceso de paz, consideramos que no existen razones suficientes y contundentes para oponerse al acuerdo logrado en La Habana y, muchos menos, a marcar “Sí” en el plebiscito. Desde nuestro punto de vista, creemos que El acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, permitirán superar unos de los conflictos armados que agobian al país e iniciar la construcción de una paz que signifique justicia social y dignidad para las mayorías. Por esto, como grupos de la FEU-Colombia, reafirmamos nuestro compromiso con la construcción de una paz estable y duradera y por ende nos comprometemos a trabajar por el “Sí” de cara al plebiscito.

Igualmente, y reconociendo la existencia otros grupos que se han dado a la tarea de impulsar el “Sí” en la universidad, en la ciudad y sus alrededores, como organizaciones de la FEU-Colombia, los llamamos a conformar un movimiento estudiantil por el “Sí”. Movimiento que agrupe a quienes hoy están haciendo campaña a favor de la paz con justicia social, en contra de la guerra, por el fin del conflicto armado y por la construcción de una Colombia con justicia social y dignidad. El acuerdo entre las FARC-EP y el gobierno es el anuncio de algo bueno para Colombia y sus gentes, su implementación será la concreción de un anhelo postergado durante mucho tiempo: la paz.

Universidad del Tolima, 10 de septiembre de 2016
Federación de Estudiantes Universitarios, FEU-Colombia

LA FEU-COLOMBIA REALIZÓ SU 23ª ASAMBLEA NACIONAL DE DELEGADOS

24 de julio, Universidad del Tolima, Asamblea Nacional de Delegados, FEU-Colombia. Foto: AEP.

En la Universidad del Tolima sede central Ibagué, se reunieron el pasado 22, 23 y 24 de Julio de 2016, más de 120 estudiantes representando todas las regiones del país. Este encuentro nacional se desarrolla cada seis meses y reúne a todas las instituciones educativas de educación superior, así como a representantes de juveniles del estudiantado en su conjunto.

En esta oportunidad, los motivó la necesidad de abordar temas de suma importancia para los jóvenes estudiantes de las universidades públicas; por un lado, lo relacionado con los acuerdos que se vienen desarrollando en La Habana, y los pasos de refrendación planteados; y el otro tópico, el análisis de la desfinanciación de la educación superior que se viene dando por parte del Gobierno.

Frente a lo discutido acerca del proceso de paz, María Alejandra Rojas, Secretaria General de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU-Colombia), expresó: “Un capítulo especial tratado en la agenda de la asamblea de la FEU, es la invitación a que se revitalicen e impulsen de nuevo por parte del Gobierno, los acercamientos con el ELN para elaborar una propuesta de Paz, e incluir dentro de los acuerdos de la Habana, a la universidad pública estatal como elemento fundamental para el desarrollo de la Paz”.

En cuanto a la grave crisis que atraviesa la Universidad del Tolima producto de la desfinanciación, la corrupción, la perdida de la autonomía universitaria y las disputas por intereses políticos; los delegados consideraron que se deben buscar soluciones profundas que eliminen de raíz la situación actual de la UT y no soluciones coyunturales o temporales.

Para superar las dificultades del Alma Mater, la FEU-Colombia propone que en la toma de decisiones se involucren todos los estamentos internos de la UT: profesores, estudiantes, trabajadores y la sociedad en general, ya que el ámbito de afectación de la crisis no solo impacta a la sede en Ibagué, sino a los programas académicos que se llevan a cabo en las regiones. Por otra parte, los delegados plantearon la necesidad de la movilización social como mecanismo que permita la visibilización de la problemática.

Los delegados concluyeron en la Asamblea, que la FEU-Colombia debe jugar un papel protagónico alrededor de la refrendación de los Acuerdos de La Habana, por ello plantearon decirle “Sí” a la paz en el plebiscito, e invitar a todos los jóvenes que conforman la FEU-Colombia a cerrar filas en torno a la Paz.

Diana Marcela Reyes, representante estudiantil ante el Consejo de la Facultad de Administración de Empresas de la UT y fundadora de la Agencia Estudiantil de Prensa (AEP) manifestó: “La asamblea fue un éxito total, ya que se pudo contar con los aportes de todos delegados que verdaderamente representan a la FEU, las mesas de trabajo y las plenarias fueron prolíficas en contenidos, planteamientos y soluciones, y por último, se pudo denunciar la situación actual de la UT y contar con el apoyo de la FEU a nivel nacional en la búsqueda de soluciones y propuestas para las mismas”.

FEU: NI LEY 550/1999, NI ENDEUDAMIENTO

La crisis financiera de la Universidad del Tolima ha llegado a un punto de no retorno. Después de iniciar con un desbarajuste de 5000 millones de pesos, hoy se aproxima a los 30.000 millones, los cuales pueden seguir aumentando gracias a los compromisos incumplidos y deudas adquiridas. Con el fin de superar esta situación, la administración universitaria de Herman Muñoz y el Consejo Superior en cabeza de Oscar Barreto e influenciado por el MEN han barajado dos opciones: la implementación de la Ley 550 o un préstamo.


8 Y 9 DE JUNIO: DÍA DEL ESTUDIANTE CAÍDO


El movimiento estudiantil colombiano está marcado por luchas y mártires. En la historia que ha protagonizado figuran importantes protestas y nombres de jóvenes que ofrendaron su vida en busca de la justicia. Por esto, es urgente no perder el rastro de quienes dieron su vida por transformar las injusticias presentes en una sociedad y las políticas de los gobiernos que le han apostado más a la guerra y han actuado recortando recursos para la educación.

La intención de unirse al movimiento obrero colombiano fue lo que motivó al movimiento estudiantil de 1929 a marchar el 7 de Junio de ese mismo año por las calles de Bogotá. Los estudiantes rechazaron y manifestaron su repudio contra la masacre de las bananeras. Infortuadamente, en esa movilización cae asesinado Gonzalo Bravo Pérez, un estudiante de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia gracias a las balas militares, las mismas que en los últimos años se han dirigido contra todos los que se oponen a las injusticias, la miseria y la explotación del pueblo a manos de los corruptos de turno.

En el régimen dictatorial de Gustavo Rojas Pinilla, los estudiantes salieron el 8 de Junio de 1954 a expresar su inconformismo con el sistema de gobierno de la época y a conmemorar la muerte de Bravo Pérez. Durante el recorrido, el estudiantado fue atacado por la policía y, al volver a la sede universitaria, la fuerza pública disolvió la manifestación y un barrido de fúsil terminó con la vida de Uriel Gutiérrez. Frente al hecho, al día siguiente el movimiento estudiantil marchó y nuevamente fue víctima de la fuerza pública, esta vez por el Batallón Colombia, el cual apagó la vida de once estudiantes más.

Pese a que en muchas instituciones educativas, incluidas las de educación superior, las fechas del 8 y 9 de junio pasan desapercibidas o se convirtieron en una celebración, estos días tienen una naturaleza propia vinculada con la historia cruenta del país. En su deber por repudiar la violencia y reivindicar la educación, la historia ha demostrado que los estudiantes han sido una voz disonante en la conciencia de la nación: en su palpitar ha quedado registrado la lucha contra la injusticia y la denuncia de un Estado que se hace el de la vista gorda a la hora de garantizar los derechos fundamentales, entre esos la educación. Por esto, el 8 y 9 de junio son un pretexto para avanzar y seguir en pie de lucha por la justicia social.

En esta dirección, conmemorar estas fechas debe ser una razón para recordar la llama que han representado los estudiantes y revivir las ideas iniciales de quiénes impulsaron sus luchas, unas luchas que pretende cambiar una sociedad oprimida por el abuso e injusticia de sus dirigentes. También, volver sobre estos días es un llamado a todos los estudiantes para que se den cuenta que sólo la unión hace posible un cambio y que las luchas no sean en vano y tengan mayor sentido.

UT EN EL FILO DE LA NAVAJA


Días antes de la publicación del informe del Ministerio del Educación Nacional (MEN) sobre las dimensiones de la crisis financiera de la Universidad del Tolima, la representante de los estudiantes ante el Consejo de la Facultad de Ciencias de la Salud, Karen Andrea Rodríguez, sostuvo una reunión con los integrantes de la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) del congresista Víctor Correa, quien en la audiencia pública del pasado 1º de abril en la UT se comprometió a abrir un canal de comunicación con el MEN con el fin de abordar la situación de la universidad con una voz directa del ministerio.

Como resultado de este encuentro, la UTL de Correa en cabeza de Santiago Salinas, planteó un panorama desalentador para la universidad, porque el MEN ha contemplado aplicarle la Ley 550 o también conocida como ley de quiebras. Según la representante estudiantil, esta sensación –como se lo informó Salinas– quedó planteada el pasado 17 de mayo, ya que ese día el congresista Correa sostuvo una reunión con la viceministra de educación. De hecho, Antonio Rodríguez, activista del programa de Ciencias Sociales, en entrevista concedida al programa radial Su-Versión-Es de Tu Radio, proporcionó un informe sobre este encuentro.

Sin considerarla necesaria, Karen Andrea Rodríguez –y en atención al informe la UTL de Correa– evalúa la posible aplicación de Ley 550 como lo mejor de lo peor. Teniendo en cuenta que “la universidad está en una crisis financiera, por ende tiene deudas, tienen obligaciones con proveedores y tienen una serie de situaciones financieras que podrían poner en peligro su patrimonio”, la ley de quiebras permitiría proteger su patrimonio, es decir “todo lo que pueda ser financieramente viable para las personas a las que se les debe”. De esta forma, “la Ley 550 ayudaría a que las empresas que se declaran en insolvencia económica, puedan cubrir su patrimonio ante cualquier proveedor o cualquier deuda que tenga”.

El problema de este “salvavidas”, dice la representante estudiantil, radica en que sacrificaría aún más la autonomía de la universidad. Siguiendo el informe de la UTL de Correa, ella manifiesta que –de ser aplicada la Ley 550– los estamentos universitarios estrían al margen de la toma de decisiones. Como la Ley no sólo contempla la protección de los bienes de la universidad, sino una restructuración del presupuesto de funcionamiento para logar un equilibrio en sus ingresos y gastos y, por tanto una modificación de su planta de funcionamiento, los estudiantes, profesores y trabajadores estarían al margen de estas decisiones: el ordenador del gasto sería quien definiría en donde aplicar tales ajustes sin necesidad de tener en cuenta la opinión de los universitarios.

Al igual que la UTL de Correa, Karen Andrea Rodríguez percibe que la universidad está en el filo de una navaja. No hacer algo que permita salvar financieramente a la UT podría significar su colapso, pero tolerar la aplicación de la ley de quiebras representaría una complicidad con la aniquilación de la autonomía universitaria. Por lo tanto, será imposible enfrentar las amenazas que hoy se levantan sobre la universidad, como lo sugiere ella, mientras los estamentos universitarios sigan cada uno por su lado.

SANTIAGO SALINAS FRENTE A LA SITUACIÓN DE LA UT

ALGUNAS DIMENSIONES DE LA CRISIS DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

Ponencia elaborada por la Agencia Estudiantil de Prensa (AEP), el Colectivo Manuelita Sáenz y el colectivo estudiantil de educación popular del programa de Ciencias Sociales, y presentada a la audiencia pública convocada por Víctor Correa, congresista por el Polo Democrático (PDA), el proceso Nacional Identidad Estudiantil, la ACEU y la FEU-Colombia, el pasado 1 de abril de 2016 sobre situación de la Universidad del Tolima.


LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA ES VÍCTIMA DE LA DES-FINANCIACIÓN ESTATAL

El presupuesto de la universidad no ha crecido al ritmo de sus propias necesidades, porque está soportado en las transferencias de la nación y el departamento que, desde 1993, fueron prácticamente congeladas: crecen al ritmo del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Esto ha significado un aumento de las estrategias de autofinanciación y, con esto, la maximización del presupuesto de funcionamiento de la universidad. En este sentido, las trasferencias nacionales y departamentales constituyen una parte decreciente del presupuesto de la universidad: mientras en 2011, el 51% del presupuesto lo aportaba el Estado; en 2015, sólo aportó el 40%.

A esto le sumamos que la universidad y el departamento tienen un litigio jurídico que no ha permitido establecer cuánto es el monto con el cual se deben calcular los aportes del departamento para con la UT. Desde el punto de vista de la Universidad el monto es uno, mientras que desde el ángulo de la gobernación el monto es otro. Por esta razón, el departamento le adeuda a la universidad una cifra que data desde 1993. En otras palabras, la deuda del departamento para con la universidad, a 2015, asciende aproximadamente a 57.931 millones de pesos.

Con base en el cálculo diferenciado que hay entre el departamento y la universidad sobre los aportes de este último a la UT, en 2014 el gobierno de Luis Carlos Delgado Peñón recalculó el monto que le correspondía a la Universidad de Tolima, significando así un recorte de aproximadamente de 2.500 millones de pesos para la vigencia de 2015. Incluso, este recorte atentó contra un acuerdo logrado entre el rector de la universidad y el gobierno de esa época que establecía un aporte de más de 5.621 millones de pesos para la UT. De esta manera, desde el gobierno departamental agenció el desfinanciamiento estatal de la universidad.

Finalmente, el reciente recorte “definido” por el Concejo Superior presidido por el señor Oscar Barreto supuso un atentado contra la academia, por cuanto acortó el presupuesto general de la universidad. Lastimosamente, dicho recorte –aplicado por el rector– no significó una diminución porcentual de los gastos de funcionamiento, sino en gastos de inversión. Consiguientemente, la academia durante el 2016 está en la cuerda floja, en tanto los desaciertos presupuestales del Concejo Superior la pusieron en riesgo.

EL PRESUPUESTO DE FUNCIONAMIENTO DE LA UNIVERSIDAD HA SIDO DESPILFARRADO

Desde el 2013, cuando el departamento reanuda sus aportes para con la UT, la universidad experimentó un desbarajuste en su ejecución presupuestal. Los aportes por concepto de transferencias 2010 y 2011 (los cuales figuran como un rubro especial en el presupuesto del Alma Mater), representaron un ingreso adicional para la universidad, pero sin destinación específica. Por esta razón, un porcentaje oscilante entre el 9% y 11% del presupuesto general de la UT, terminó como dinero de “bolsillo” ejecutado por la Vicerrectoría Académica y sin un horizonte claro con relación a las funciones misionales de la universidad.

En este marco, vale la pena destacar que cuando la universidad tuvo su presupuesto más alto, fue cuando se inauguró una de sus peores crisis financieras. Las penurias sufridas a finales de 2015 y comienzos de 2016, fueron el resultado de desaciertos en el manejo de la finanzas, las cuales implicaron –por ejemplo– inversiones en infraestructura con dineros que no debían sufragar tales inversiones, dadivas, gastos en eventos y, en especial, aumento del número de personal contratado por concepto de Orden de Prestación de Servicios (OPS).

Todo esto fue posible con la complacencia del rector José Herman Muñoz, quien fue y es el responsable de presentar el presupuesto general de la universidad desde 2013 hasta el presente por no haber sujetado a unas inversiones específicas los aportes de la gobernación y no tuvo la capacidad de maniobrar financieramente la UT. Además, el Consejo Superior también es responsable de la penosa situación de la universidad, porque avaló las iniciativas presupuestales de Muñoz, sin atar las prioridades que redundaran en el fortalecimiento de la academia y la búsqueda del conocimiento.

LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA NO ESTÁ EN LA CAPACIDAD DE MODIFICAR LAS LICENCIATURAS COMO LO EXIGE LA RESOLUCIÓN 2041 DE FEBRERO DE 2016

En este orden de ideas, las condiciones actuales de la universidad constituyen un obstáculo para responder a los parámetros de “calidad” que la resolución 2041 de febrero de 2016 ha trazado para las licenciaturas. Por ejemplo, la vigencia presupuestal de 2016, la cual asciende a unos 115 mil millones de pesos, no permitiría que el 30% de los profesores sean de tiempo completo o por lo menos un porcentaje que avance hacia la meta propuesta por la resolución; además, no cuenta con asesores con dedicación exclusiva al seguimiento y control de las practicas docentes. En cuanto a la facultad, la cual cuenta con unos 1250 estudiantes distribuidos en seis programas, esta no está adecuada orgánica y organizativamente para garantizar la exigencia asociada a elevar el desempeño de los educandos en el dominio del inglés: ni siquiera en los tres primeros años, podrá garantizar que sus estudiantes adquieran el nivel A2 en esta lengua.

En términos académicos, la des-financiación a la que ha estado sometida la Universidad del Tolima impide garantizar todas las condiciones para que los programas de licenciatura respondan a la formación de nuevos y mejores docentes. La implementación del sistema de créditos, en este sentido, podría ser catastrófica para las licenciaturas, porque reduciría el tiempo del trabajo presencial y aumentaría el tiempo del trabajo individual, sin brindar una biblioteca actualizada, unas salas de sistemas adecuadas para el uso de las TIC’s y unos laboratorios (aulas de didácticas) garantes de procesos de experimentación didáctica. Por esto, la conversión definitiva de las licenciaturas al modelo de créditos podría representan un pretexto para que la Universidad del Tolima no siga ofertando las licenciaturas.

EL ESTUDIANTADO DE LA UNIVERSIDAD ESTÁ EXPERIMENTADO UNA PERSECUCIÓN POLÍTICA

En el año 2011, durante el proceso de movilización que se generó por parte del estudiantado colombiano representado en la MANE, se creó en la ciudad de Ibagué el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD). Un año después, fue conformada la Policía Metropolitana de Ibagué (METIB) y el 6 de junio del 2012 fueron emitidos una serie de señalamientos, por medio de carteles que individualizaban integrantes de la comunidad universitaria y atentaban contra el debido proceso de cada uno. Luego, el 1 de mayo del 2014 fue desarrollado un operativo de la Policía Metropolitana en varios lugares de la ciudad donde fueron retenidos y detenidos sin orden judicial ni en flagrancia aproximadamente 40 estudiantes de la UT, entre quienes se encontraban integrantes de organizaciones estudiantiles y sociales que se disponían a participar de la movilización por el día internacional del trabajador; ante esto, los efectivos de la policía usaron el pretexto de realizar dichas detenciones de forma preventiva por motivo de la movilización. El día 9 de junio del 2015, durante una confrontación entre estudiantes de la universidad del Tolima y el ESMAD, el estudiante de la Licenciatura en Ciencias Sociales Cristian Andrés Pulido mientras desarrollaba labor periodística fue impactado por un cilindro de gas lacrimógeno que fue lanzado a menos de 10 metros de distancia por un efectivo del ESMAD, esto lo puso en peligro de muerte, porque le causo una grave contusión en la parte superior derecha de su cráneo. Para finalizar, durante el segundo semestre del 2015, aumentó el parque automotor adscrito al ESMAD, constituyéndose en una amenaza para la protesta social y popular en Ibagué y el Tolima.

Como acción transversal a estos hechos se ha desarrollado una campaña de desprestigio y marginalización hacia la UT por parte del gobierno departamental y la policía nacional al emitir señalamientos en contra de la universidad: en repetidas ocasiones, por los medios de comunicación nacionales y locales, ellos manifestaron que “la UT es la olla más grande de Ibagué” junto a la voz de Milton Restrepo, presidente de la asamblea e integrante del Centro Democrático, quien considera que la universidad del Tolima es “una guarida de marihuaneros y terroristas”.

En atención a estos eventos, es notorio un ascendente proceso de señalamiento, criminalización y represión al movimiento estudiantil y social de la ciudad de Ibagué, por parte de los organismos estatales.

PROPUESTAS

1. Ante el panorama actual de la universidad, es necesario: Redefinir la educación superior como un derecho y un bien común, que le permita al Estado financiarla paulatinamente hasta su gratuidad e impida que privados garanticen la oferta educativa.

2. Replantear el modelo de financiación de la educación superior y, en especial, el del Sistema Universitario Estatal por uno que abarque la solución de las necesidades de cada universidad y evite el financiamiento por unidades de capitación o a través subsidios o créditos. Entre esto, es necesario que el Estado salde la deuda acumulada que tiene con el sistema.

3. Ensanchar la autonomía universitaria, depositando en los estamentos la dirección de las universidades y el control presupuestal y académico de las mismas.

4. Derogar la resolución 2041 de febrero de 2016, porque atenta contra la autonomía universitaria y la formación de maestros.

5. A la administración de la Universidad del Tolima y al Consejo Superior, claridad sobre los gastos y sujeción a las determinaciones de los estamentos universitarios, abriendo el debate sobre el horizonte misional de la universidad, las prioridades presupuestales, el número de trabajadores que requiere la UT, entre otros aspectos.

LOS ESTUDIANTES NO DEBEMOS PAGAR LO QUE NO NOS COMIMOS

Pasacalle elaborado por los estudiantes de la UT. Foto: AEP.

La Universidad del Tolima, centro histórico y determinante para la región por ser la única universidad pública, acaba de recibir un golpe muy bajo. El Consejo Superior, en la sesión del pasado 26 de febrero, aprobó el recorte presupuestal promovido en días anteriores por Oscar Barreto, actual gobernador del Tolima y presidente del máximo órgano de dirección de la UT. De esta manera, la universidad ya no podrá funcionar con aproximadamente 127.000 millones de pesos durante el 2016 (como lo contempla el Acuerdo 029 del 18 de diciembre de 2015 del Consejo Superior), sino con 19.800 millones menos, de los cuales $94.154.499.271 estarán destinados a los gastos de funcionamiento (nomina, principalmente).

Ante este panorama, la administración universitaria y algunos estamentos han estado maquinando algunas propuestas que permitan apretar el cinturón del Alma Mater. Lastimosamente, las medidas que tienen en mente, sobre todo las provenientes de la rectoría y de los decanos, atentan contra la academia y el estudiantado, por cuanto descargan en estos dos la crisis que desató el desgreño administrativo y la desfinanciación estatal operada desde el departamento con Ángel María Gómez y el Ministerio de Educación Nacional. Por esto, propuestas como las de cerrar el restaurante universitario y, a cambio, otorgar subsidios; clausurar las residencias estudiantiles y apoyar a sus beneficiarios con subsidios; y, acabar con los intercambios académicos y las pasantías internacionales, han sido solo algunas de las estrategias planteadas para sacar de la asfixia a la universidad.

En este sentido, no es indiscreto ni irracional que los estudiantes exijamos “no pagar lo que no nos comimos”, porque con la decisión reciente del Consejo Superior, el cual deja en manos del rector operar los ajustes que considere, es cada vez más probable que la academia y las políticas de bienestar y permanencia estudiantil van a afectarse en alguna medida. En oposición a esto, creemos coherente plantear que cualquier apretón debe erradicar el desgreño administrativo, el despilfarro, el clientelismo, el nepotismo y la prebenda, entendiendo que han sido unos de los detonantes de la crisis reciente de la universidad.

En estas condiciones, consideremos intocable el valioso restaurante que al día de hoy garantiza la alimentación a más de un millar de estudiantes que no puede hacerlo en los restaurantes cercanos a la universidad, porque sus bolsillos no aguantan tanto. Igualmente, creemos intocables las históricas residencias del “Che” que, aunque se encuentran en un abandono, siguen hospedando a un grupo importante de estudiantes que sus ingresos y apoyos no les permite vivir en un lugar diferente. Aspiramos, en una línea similar, que el funcionamiento de la biblioteca, las prácticas académicas, las dotaciones de los laboratorios, las monitorias y asistencias administrativas, así como las becas, no vayan a tocarse, porque constituyen –de una u otra manera– una forma de apoyar la permanencia del estudiantado más necesitado en la vida académica de la universidad.

A nuestro criterio, es indispensable –frente a un ajuste del cinturón inminente– una restructuración de los salarios de los altos funcionarios de la universidad. Desde el rector, pasando por los vicerrectores, hasta los decanos, deben “poner de su parte” y ajustarse los cinturones. Asimismo, creemos indispensable que la universidad repiense su estructura, es especial sus dependencias, porque en la actualidad existen varias que pueden agruparse y así minimizarle importantes ceros a la izquierda al presupuesto de funcionamiento de la UT. Sin algo así, tenemos la sospecha que los afectados serán la academia y nuestros bolsillos o los de nuestras familias.

UT: ENTRE RECORTES

El Consejo Superior de la Universidad del Tolima anunció un recorte de 19.000 millones de pesos del presupuesto de funcionamiento de 2016. Aunque Herman Muñoz señaló a Ecos del Combeima una reducción de la planta de personal y la suspensión del turismo docente, estas medidas no garantizarán un “ahorro” de 19.000 millones de pesos.


LA UNIVERSIDAD SITIADA

Como si fuera un cadáver a merced de los buitres, la Universidad del Tolima hoy se debate entre dos fuerzas que en nada les interesa la academia. Al respecto, un breve panorama de la universidad ad portas de iniciar semestre.

LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA: ¿UN CALLEJÓN SIN SALIDA?


“La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo para contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros (…) Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones”.
Manifiesto de Córdoba del 21 de junio de 1918

La institución de educación superior pública más importante del Tolima está al borde del abismo. Del dinero faltante para culminar el 2015, el cual ascendía a unos 22.000 millones de pesos, el rector recaudó un porcentaje que le permitió atenuar los compromisos que tiene con el profesorado y los trabajadores; sin embargo, no logró saldar completamente el déficit que reconoció en noviembre del año pasado. Por esta razón, la Universidad del Tolima sigue en el limbo, ya que requiere de un monto todavía cercano a los 22.000 millones para ponerse al día en sus obligaciones y arrancar el 2016.

Esta situación, que ha despertado malestares e incertidumbres entre los estamentos universitarios, ha sido aprovechada por el gobernador electo y la camarilla que representa para lanzarse por la “reapropiación” de la universidad. A nombre de la lucha contra la corrupción, Oscar Barreto se ha ido lanza en ristre contra la administración de José Herman Muñoz, exigiéndole una modificación drástica del panorama de la universidad en aras de depurar las cuotas que desde hace un par de años el liberalismo y los oportunistas de izquierda pusieron en el Alma Mater tolimense; incluso, y en complicidad con algunos medios regionales, viene ambientando el desprestigio de Muñoz con el fin de presionar su renuncia, lo cual le facilitaría poner una ficha (tal vez un ex-asesor de Luis H.) que responda a los intereses que representa.

Empero, la jugada mediática también está en clave de llamar la atención del Ministerio de Educación Nacional. Como el actual rector de la UT está empeñado en no abandonar su cargo e intentar resolver el déficit por medio de un préstamo, la presión de los medios (no necesariamente de los amigos de Barreto) apunta a demostrar que la administración de la Universidad del Tolima ha sido negligente y merece de una atención más juiciosa del Estado, por lo cual es totalmente pertinente y necesaria una intervención; es decir, amerita la intromisión del ministerio en los organismos de dirección universitarios a su antojo y en desmedro de la participación política de sus estamentos. Al respecto, vale la pena revisar la Ley de Inspección y Vigilancia o también conocida como Ley San Martín, la cual faculta al ministerio para meterse en los asuntos de cada universidad.

En estas condiciones, la Universidad del Tolima está en un callejón sin salida: si se queda José Herman, es totalmente claro que la investigación, la academia y la permanencia estudiantil se verán altamente golpeadas, ya que sus medidas de ajuste para atenuar la crisis así lo demuestran; si Barreto “recupera” para el conservatismo y el uribismo la universidad, lo lógico es que se reparta una vez más la torta e irrumpa un nuevo carrusel de las OPS y los contratos (más clientelismo); y, si el ministerio le “mete mano” a la UT, vendrá un periodo de estreches financiera acompañado del reforzamiento de las estrategias de autofinanciación y de la adecuación misional de la universidad en función de la acumulación capitalista. En definitiva, todas las opciones que tiene el Alma Mater rompen con su autonomía y subordinan la naturaleza de la universidad al servicio de los intereses de grupos ajenos a la búsqueda del conocimiento.

¡Eso sí! Los universitarios no pueden quedarse quietos y mucho menos expectantes ante la situación de la UT y la disputa política que esta entraña. En particular, a los estudiantes del común les corresponde jugar un papel realmente protagónico en el momento actual, ya que son los que menos enredados están en las telarañas del clientelismo universitario y son los que necesitan de la universidad para realizarse como personas, actores políticos y profesionales. Por esto, su unidad es fundamental en la idea de desterrar el clientelismo de la universidad y blindarla de las amenazas que sobre ella se levantan, ojala enarbolando la lucha por una reforma académico-administrativa en el marco de la defensa de la autonomía universitaria.

Igualmente, el estudiantado en aras de jugar un papel relevante el momento actual, debe contemplar la necesidad de forjar la solidaridad de los movimientos sociales y de la gentes del común para con la defensa de la Universidad del Tolima, especialmente porque son ellos a quienes les corresponde ver y vivenciar los impactos de una universidad al servicio de la búsqueda del conocimiento.

EN PLENA CRISIS Y LE ACELERAN A LA REPRESIÓN


En medio de la peor crisis que ha podido atravesar la Universidad del Tolima, vio la luz pública un documento-“propuesta” de Régimen Disciplinario Estudiantil. En ocho páginas, el proyecto de acuerdo –el cual deberá pasar por el Consejo Superior– detalla un conjunto de faltas disciplinarias y las sanciones que merecen dichas faltas, así como el conducto regular que deberán transitar quienes incurran en estas.

Aunque la “propuesta” de Régimen Disciplinario Estudiantil marcha entre secretos, porque ningún directivo de la universidad ha salido a respaldarla o a cuestionarla, lo cierto es que augura un conjunto de medida represivas contrarias a los preceptos de la universidad moderna; además, se presenta como un importante mecanismo de contención de los malestares que ha despertado la actual crisis financiera de la UT. En definitiva, da la impresión que el régimen disciplinario está orientado a limitar el activismo estudiantil y legitimar una universidad al servicio del mercado y el orden existente.

Vale la pena señalar que esta “propuesta” actúa en contravía de los acuerdos firmados el pasado 11 de septiembre, después de la ocupación de la rectoría de la universidad. Se suponía que José Herman Muñoz se había comprometido a adelantar una discusión de cara a la comunidad universitaria sobre la reforma del estatuto estudiantil, el estatuto profesoral, el estatuto general y la política de psicotrópicos y psicoactivos (ver compromisos adquiridos por los candidatos). Lastimosamente, con su silencio cómplice para con este régimen disciplinario demuestra que no le interesa en nada cumplir su compromiso.

LICENCIATURAS EN JAQUE

Ana Katherine Moreno, estudiante de la UPN y activista de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU-Colombia). Foto: AEP.

El Ministerio de Educación Nacional (MEN), en su afán por “mejorar la calidad educativa”, ha desatado un importante debate sobre el futuro de las licenciatura en Colombia, promoviendo un proyecto de resolución que establecerá los criterios de calidad que deberán definir –de ahora en adelante– a los programas de formación de profesores. Con el fin de explorar las dimensiones y significaciones de esta apuesta, Andrés Barrero, estudiante de Ciencias Sociales de la Universidad del Tolima y activista estudiantil, conversó con Ana Katherine Moreno, una estudiante de la UPN y activista de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU-Colombia), sobre el proyecto de resolución gestionado por el MEN, así como de sus alcances e implicaciones para las licenciaturas.

DE LO ACORDADO A LO REALIZADO: LA RESPUESTA ESPERADA A LA EXIGENCIA DE LOS ESTUDIANTES


El pasado 10 y 11 de Septiembre del año en curso y en el marco de la consulta para rector en la UT, algunos estudiantes de diferentes carreras de la universidad decidieron ocupar, de manera pacífica, el edificio de la rectoría. La razón no fue otra más que exigirle a los candidatos a rector (ya fuese el reelecto José Herman Muñoz o Germán Rubio) el abordaje y la solución de 6 puntos importantísimos para los estamentos universitarios y, en general, para el Alma Mater (ver Pliego de Exigencias: “Por una universidad autónoma y democrática”).

En esta vía y tras un dialogo y una negociación con los dos candidatos y de frente a toda la comunidad universitaria en el parque Ducuara, tanto Muñoz Ñungo como Rubio estuvieron de acuerdo con la mayoría de exigencia que planteaba el pliego como la restructuración de los estatutos tanto el general como el estudiantil, discutir y construir una propuesta en torno a los psicoactivos y psicotrópicos circulantes dentro del campus, repensar las medidas para salvaguardar el bienestar y el carácter público de la Universidad del Tolima dándole el espaldarazo final a la mega minería y, en especial, a Anglo Gold Ashanti, entre otros puntos (ver Conclusiones y Compromisos de la Amarrada a la Rectoría).

Al día de hoy, ante una situación en la cual la universidad ha tocado fondo, porque el rector reelecto ha generando un endeudamiento por 10.000 millones de pesos, de los cuales no es claro a cuánto tiempo ni el interés que le toca paga la UT, como una de las soluciones más “viables” para la institución, es importante que el señor rector empiece a darle viabilidad a los acuerdos firmados en septiembre y que estos puedan propiciar construcciones de cara y con la participación activa de la comunidad universitaria. Por esto, el llamado –señor rector– es a empezar por concretar conjuntamente un cronograma en donde los estudiantes, profesores y administrativos puedan tener una agenda común en la resolución de dichos puntos y en la superación de la crisis que afecta hoy por hoy a nuestra universidad.

Diana Marcela Reyes Murillo Representante Estudiantil de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas (FACEA)

CONCLUSIONES Y COMPROMISOS DE LA AMARRADA A LA RECTORÍA DE LA UT

Los activistas y estudiantes que protagonizaron la protesta en la rectoría de la UT el pasado 10 y 11 de septiembre dialogaron públicamente con los candidatos a rector para el periodo 2015-2018: José Herman Muñoz (rector actual) y Germán Rubio. A partir de este dialogo, quedaron las siguientes conclusiones y compromisos.


TOMA A LA RECTORÍA DE LA UT: POR AUTONOMÍA Y DEMOCRACIA

Activistas y estudiantes de la Universidad del Tolima se tomaron la rectoría demandando la presencia de los dos candidatos a rector José Herman Muñoz, actual rector de la universidad, y German Rubio, quienes serán puestos a consideración el día de mañana en una consulta a la comunidad universitaria

Exigencias de los estudiantes agolpados en la rectoría de la UT. Foto: AEP.

Igualmente, se generó un plantón en la puerta de la rectoría como consecuencia de la poca participación que tiene el estudiantado frente a al proceso de elección. Los estudiantes piden, por medio de un comunicado, al Consejo superior que “se reanude el proceso de elección, abrir una nueva convocatoria” y que haya una legitimación del resultado de la consulta haciendo a la comunidad universitaria participe de la elección de rector. Estas exigencias son, como lo ratifica el documento, para bienestar de la comunidad y como exigencia de atención a los problemas severos que la Universidad presenta actualmente.

Con pancartas y amarrados a la puerta de la rectoría los estudiantes, afirman quedarse en el lugar hasta que se hagan presentes los candidatos anteriormente mencionados. En la marcha la Defensoría del Pueblo visitó el lugar asegurando que a primera hora del día de mañana se encontrarán dispuestos los dos candidatos a dialogar acerca de los 6 puntos, expuestos en el pliego de exigencias (ver documento completo).

La toma pacífica de la rectoría se extenderá hasta el día de mañana ya que el candidato Rubio no se encuentra en la ciudad.

PLIEGO DE EXIGENCIAS: “POR UNA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA AUTÓNOMA Y DEMOCRÁTICA”

Exigencias de los estudiantes agolpados en la rectoría de la UT. Foto: AEP.

Ante la necesidad de elegir el nuevo rector de la Universidad del Tolima, su Consejo Superior definió un proceso tendiente a agotar los requisitos que contempla la normatividad para tomar esta decisión: apertura de convocatoria, revisión de las hojas de vida, consulta a los estamentos universitarios, entrevista con los candidatos y sesión única para determinar quién será el futuro rector de la universidad; sin embargo, lo hizo en detrimento de un necesario dialogo con el grueso de los estamentos universitarios, mas cuando la comunidad de la UT necesita claridades sobre las razones de su insolvencia financiera y de todas las anomalías que ha atravesado. En otras palabras, el Consejo Superior obró en contravía de un ejercicio realmente democrático que le permitiera a los estudiantes, profesores, egresados y trabajadores documentarse sobre el curso actual de la universidad e incidir en la construcción de salidas a la grave situación que hoy afronta el Alma Mater.

Justo a esto, vale la pena destacar que el proceso que hoy desarrolla el Consejo Superior no asume la elección del rector como una oportunidad para construir una solución a los problemas crónicos que se han enquistado en la UT. Mientras los candidatos hacen proselitismo e inundan las redes sociales con discursos optimistas, los estamentos universitarios, especialmente los estudiantes, nos hundimos en la zozobra al no saber cuál va a ser el futuro de la universidad. De esta manera, el clima en el que se está efectuando el proceso conducente a la elección del rector por parte del Consejo Superior supone que la UT va por buen camino, que “la crisis no existe” y que la universidad es el vivo reflejo de la autonomía universitaria.

Lastimosamente, nos corresponde elevar –junto a quienes en los últimos días también lo han hecho– una voz de inconformidad. No creemos que la situación de la universidad deba menospreciarse como actualmente está ocurriendo y que la elección del rector (o su reelección) signifique darle una mera palmadita en el hombro a quien lo va a asumir. Por esto, queremos dejar constancia que la mejor determinación que puede tomar el Consejo Superior en este momento es la de reanudar todo el proceso de elección, abrir una nueva convocatoria para que los estamentos postulen sus candidatos y someterlos a una consulta que sea realmente respetada por el Consejo.

Y, como sabemos que no será así, porque el afán del actual rector-candidato lo obliga a que el Consejo Superior decida quién será el rector antes del 25 de octubre, consideramos urgente que los dos candidatos –en primera medida– que hoy se disputan la rectoría de la universidad asuman unos compromisos con quienes estamos protagonizando la presente acción de protesta; por lo cual, exigimos de manera inmediata la presencia del rector-candidato José Herman Muñoz y el candidato Germán Rubio, así como la presencia del representante de los estudiantes ante el Superior, el representante de los profesores y el representante de los egresados, con el fin de concretar un compromiso inicial de cara a la determinación que tomará el Consejo Superior.

Creemos oportuno aclarar los compromisos a los que aspiramos no corresponden a unos intereses de grupo, sino que corresponden a reivindicaciones históricas de los estudiantes que son necesarias materializar.

1. Construir salidas a la crisis financiera de la Universidad del Tolima en común acuerdo con los estamentos universitarios, privilegiando el dialogo permanente a través de asambleas u otros mecanismos de participación y sin acudir a la profundización de las estrategias de autofinanciación como el aumento de los costos de matricula o la venta de servicios a empresas privadas dedicadas a la explotación de la riqueza natural del departamento.

2. Declarar públicamente que la universidad no comprometerá sus funciones misionales: docencia, investigación y extensión, al servicio de las actividades mineras que se pretenden desarrollar en Cajamarca o en cualquier municipio del departamento.

3. Facilitar, junto con los representantes estudiantiles, profesorales y de egresados, la realización de una audiencia pública con todos los integrantes del Consejo Superior a la cual puedan participar los estamentos universitarios y los movimientos sociales del departamento, antes de la sesión definitiva que definirá quién será el rector de la UT.

4. Iniciar un proceso de reforma de los estatutos de la universidad (estatuto general y estatuto estudiantil), en aras de modificar los mecanismos de participación de los estamentos universitarios, así como su incidencia en las decisiones en los Comités Curriculares, los Consejos de Facultad, el Consejo Académico y el Consejo Superior.

5. Elaborar, de la mano de los estamentos universitarios, una hoja de ruta para abordar el problema de la comercialización y consumo de psicotrópicos y psicoactivos en la universidad, sin tener que apelar a medidas que signifiquen tratamientos represivos o policivos que tiendan a quebrantar la autonomía universitaria.

6. Garantizar que no habrá ningún tipo de represalia disciplinar o académica contra quienes hoy están protagonizando la presente acción de protesta.

Esperamos que estos compromisos ayuden a revitalizar el ejercicio democrático en la universidad y le permitan a los estamentos universitarios asumir un papel realmente protagónico en la vida universitaria de la UT.

Universidad del Tolima, 10 de septiembre de 2015

ACTIVISTAS Y ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA