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Y… ¿A QUÉ JUEGAN EN LA UT?


Tras finalizar un año de desazón y discrepancias durante el cual los profesores y trabajadores del Alma Mater se enfrentaron en varias oportunidades a la actual administración, se inicia un nuevo año para el Consejo Superior (CSU) y el rector Omar Mejía Patiño en el que le han dado un golpe definitivo a lo que sería la planta administrativa y académica de la Universidad del Tolima. Esta situación generó gran polémica al momento de descubrir la crisis dado que allí se estimaba estaba el mayor gasto de dineros y de los que se decían habían generado el hueco más grande.

En esta oportunidad, las reformas planteadas a través del estudio técnico en el que viene trabajando la Universidad del Valle, derivadas de la profunda crisis en la que aún sigue inmersa la universidad, toco a los administrativos de las facultades y algunas unidades académico-administrativas. Este revolcón se debió a la cruda misión que tiene el rector de “sacar de la crisis a la universidad”.

Y, como muy bien lo resaltó el señor rector “Nada de esto es fácil pero transitamos el camino correcto. Tenemos una oportunidad valiosa para construir una nueva historia y demostrar la grandeza de nuestra universidad”. El plan que se ha trazado y que el muy bien expone en la carta abierta que hace llegar a los profesores por medio del correo institucional en los días anteriores a los despidos, deja ver cómo la administración actual se ha preocupado por el recorte en los gastos administrativos y la generación de nuevos recursos. Sin embargo, esto ha molestado a algunos decanos, quienes argumentan que esto no es más que una estrategia del rector y sus secuaces para estructurar a su bancada dentro de la universidad.

Esta nueva fase en la universidad trae gran preocupación sobre todo el hecho de que la administración este tan angustiada por conseguir recursos propios. ¿De dónde saldrán esos nuevos recursos? ¿A través de las matriculas estudiantiles? ¿Por medio de la ejecución de proyectos que comprometan los espacios físicos de la universidad o su función misional? Además de esto y teniendo en cuenta la nueva situación administrativa, ¿Cuál va a ser la situación actual de las facultades luego de comprometer a los profesores de planta en cargos administrativos? Esperemos que esta crisis sea en la realidad una oportunidad para salir del hoyo y mejorar, aun cuando rondan muchas incertidumbres al respecto y el futuro del alma mater se vea difuso en el tiempo.

Escrito por @marcelareyes8

VUELVE Y JUEGA: AUC AMENAZAN A LÍDERES DE LA MARCHA PATRIÓTICA EN EL TOLIMA


Por medio de un panfleto digital, el cual fue enviado a los correos de la Marcha Patriótica y algunas de sus organizaciones sociales el pasado 6 de enero, las Autodefensa Unidas de Colombia (AUC) señalaron de comunistas a sus dirigentes y los declararon objetivo militar.

“Le informamos a la comunidad en general del departamento del Tolima que hoy mas que nunca hacemos presencia en este territorio liberándolo de guerrilleros y comunistas por eso ofrecemos 5.000.000 de pesos por la cabeza de los (…) guerrilleros, terroristas y comunistas que le han hecho tanto daño al Tolima y a nuestro país con el cuento de la paz”, dice el documento. Además, añade: “declaramos objetivo militar a los guerrilleros que se hacen pasar por indígenas”.

Entre los amenazados se encuentran los directivos de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Tolima, ASTRACATOL; el presidente y el vicepresidente de la Asociación de Cabildos Indígenas del Tolima, ACIT, Luma Florez y Ángel Ortiz; el vicepresidente de FENSUAGRO, Guillermo Cano; los promotores de las Zonas de Reserva Campesina; uno de los voceros departamentales de la Marcha Patriótica, Juan Bermúdez; y, otros activistas.

Aunque esta intimidación no es la primera, ya que el año pasado sus líderes recibieron tres amenazas, constituye una afrenta más contra el movimiento. Por el calibre del panfleto, todo pone en evidencia que en el Tolima persisten grupos decididos a evitar la superación del conflicto armado, la implementación del acuerdo final entre el gobierno y las FARC-EP, así como la construcción de una paz estable, duradera y con justicia social. Por esto, la reciente amenaza representa en un obstáculo para sentar las bases de la tranquilidad de los campesinos, indígenas y gentes del común del departamento.

Vale la pena destacar que al día de hoy la Marcha suma más de 120 integrantes asesinados y un centenar de perseguidos por apostarle a la salida política al conflicto armado, respaldar el “Sí” en el plebiscito del 2 de octubre de 2016 e impulsar la movilización social a favor de la implementación del acuerdo final entre las FARC-EP y el gobierno.

LA UT A LAS CUERDAS


“Año nuevo, vida nueva”, ojalá se pudiera decir lo mismo de la situación de la Universidad del Tolima y de la educación superior colombiana. Sin embargo, no todo año nuevo trae buenas cosas y menos para la educación en Colombia. El Ministerio de Educación Nacional y sus diferentes estrategias han puesto en jaque las Instituciones de educación superior públicas en el país, llevando a las diferentes universidades a verse en apretadas situaciones en materia fiscal y académica. La Universidad del Tolima no es la excepción a esta regla.

Para nadie fue un secreto que en 2015 –durante la administración Herman Muñoz– explotó una crisis institucional y financiera nunca antes vista en la historia de la universidad. Y no era para menos… Hacia finales del segundo semestre de 2015 se especuló que la Universidad del Tolima tenía un hueco fiscal de unos 5 mil millones de pesos. Curiosamente, dicha especulación tenía mucho de verdad y hacia finales del año se destapó una olla que proyectaba un déficit de unos 25 mil millones de pesos. A esto se le sumó una preocupación más: el Ministerio de Educación Nacional, MEN, a través de la Ley de Inspección y Vigilancia 1740, intentó meter sus “pequeñas garras” en la manoseada y desbarajustada UT. Todo esto desató la preocupación de estudiantes, profesores y administrativos, porque desde el Consejo Superior se barajó un empréstito o un recorte presupuestal posiblemente acompañado de una intervención y restructuración administrativa.

Al respecto, hay que decir que los planes del Consejo Superior, especialmente la intervención, fueron boicoteados por la comunidad universitaria, la cual pocas veces había trabajado tan mancomunadamente. Así, la intervención vía Ley 1740 fue descartada, pero llevo a otra ocurrencia: condujo a la universidad a la tan temida Ley 550 (Ley de quiebras) o el crédito a la banca. La administración anterior creía que un crédito por 15 mil millones de pesos sería un alivio fiscal para tan grande hueco. Sin embargo, esta decisión fue tan mal recibida que en cooperación con muchos sectores al interior del claustro y fuera de este fueron quienes convirtieron en bandera de lucha la renuncia irrevocable de la anterior administración y su linchamiento público a través de los medios regionales.

En medio de todo esto, la UT cambió de administración. El gentil Omar Mejía, “el rector del pueblo” que muy comedidamente decidió darle vía libre a la “Asamblea Universitaria”, como espacio de deliberación y toma de decisiones para la tan anhelada reforma profunda que necesitaba la U, constituyó una opción para reorientar el rumbo del Alma Mater. Sin embargo, nuestro querido rector del pueblo no le ha dado la cara a la comunidad en acto público, para informarle a la gente cómo va la universidad y cómo va el hueco fiscal. Entonces, ¿Qué pasó? ¿Salió Muñoz y el hueco se cerró? O ¿Qué es verdaderamente lo que está pasando en el interior de la UT?

Ni más ni menos nuestro querido nuevo rector, preocupado por la situación de la universidad, pensó que el plan de la administración pasada no era tan descabellado y pidió un pequeño prestamito de 11 mil millones de pesos a la banca, como para medianamente salir del atolladero. Y vea pues… la Asamblea Universitaria ya podía empezar a trabajar en la reforma profunda y a meterle platica a eso. El problema es –y es que el rector le contó a muy pocos– que contrató a algunos expertos de la Universidad del Valle para que fueran ellos quienes elaboraran una reforma académico-administrativa para la U. Entonces, ¿Para qué la Asamblea Universitaria? ¿Cuáles son las decisiones que va a tomar?

Afortunadamente el 2016 terminó y como ya todos salimos a vacaciones el rotico de la U desaparece por unas semanitas. Esperemos que las cuerdas no apreten muy fuerte para que le den tiempo a la UT de salir de todos sus problemas o que estas administraciones mezquinas (el MEN y la Gobernación del Tolima) se pongan la mano en el considere y le den soluciones reales a la situación –no ley de inspección y vigilancia o ley de quiebras–. Y es que con paños de agua tibia esto ya no se arregló. Es hora de tomar con seriedad el futuro de la educación pública superior en el Tolima y el país.

Escrito por @marcelareyes8