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CAÑÓN DE LA HERMOSAS. TIERRA DE ANCESTROS

Con el fin de satisfacer la demanda de energía eléctrica de otros países, algunas empresas aparentemente nacionales junto con el Estado colombiano, han comenzado a construir proyectos hidroeléctricos en varios ríos del Sur del Tolima, como el que está marchando sobre el Cañón de la Hermosas, municipio de Chaparral.

Desafortunadamente, los indígenas de esta región han sido testigos de las implicaciones de tal proyecto. La contaminación ocasionada por los químicos arrojados al río, la cual ha implicado la desaparición de varias especies de peces, la extensión de las aguas superiores (las que nacen en las cumbres de las montañas) a causa de un túnel que las ha absorbido, la disminución de la fertilidad de ciertas extensiones de tierra, y el deterioro de las viviendas, son tan sólo unas de las afectaciones que vive la población ancestral del Cañón.

El siguiente vídeo, en este sentido, expone algunas de las problemáticas que ocasiona un proyecto de esta envergadura y expresa, a su vez, una denuncia ante el silencio cómplice de quienes encubren tal realidad.


A LAS ORGANIZACIONES SOCIALES Y PERSONALIDADES TOLIMA

Tras la histórica jornada desarrollada el pasado 21, 22 y 23 de Abril en la ciudad de Bogotá, días en los cuales cerca de 1700 organizaciones sociales conformamos y lanzamos públicamente el movimiento político y social Marcha Patriótica, continuamos la ardua tarea de juntar las rebeldías en el Tolima.

Las apuestas de Juan Manuel Santos en el departamento tolimense y en determinados sectores sociales, tienden a beneficiar a unos pocos y a perjudicar a una amplia mayoría. Por ejemplo, la entrega de importantes porciones del territorio departamental y de sus recursos naturales a las multinacionales para su explotación indiscriminada, y el deterioro de las condiciones de vida del campesinado, los pueblos indígenas, los trabajadores, los jóvenes y de centenares de personas del común derivados de la ejecución de variadas políticas antipopulares, ponen de manifiesto el cariz del actual gobierno.

De forma casi proporcional, las medidas impuestas por Santos han incubado una variedad de sinsabores y malestares. Al respecto, la puesta en marcha de grandes proyectos hidroeléctricos, mineros y de exploración y explotación aurífera a manos de las empresas extranjeras, ha justificado una multiplicidad de inconformidades en diferentes puntos de la región. De igual forma, el desarrollo de los operativos militares en el Sur del departamento que no discriminan entre la población civil y los insurgentes, la concentración de la tierra en unos pocos, la tercerización laboral y el desentendimiento del Estado para con las necesidades básicas de la población, siguen sustentando diferentes descontentos en bastos sectores de los tolimenses.

Aunque los agravios a la soberanía nacional y al buen vivir merecen un accionar mancomunado que permita enfrentarlos, consideramos fundamental que la articulación de las rebeldías, más allá de responder al momento, debe conducir a la configuración de un bloque de los sectores sociales y del pueblo con perspectiva transformadora, como bien lo asumimos:

“En Marcha Patriótica señalamos la necesidad de producir un cambio político en el país que siente las bases para la derrota del actual bloque hegemónico de poder y genere las condiciones para las transformaciones estructurales económicas, políticas, sociales y culturales que demandan las gentes del común y el pueblo colombiano en general”.

En otras palabras, consideramos urgente tejer un entramado de relaciones, al calor de la acción inmediata, insistente en un repunte de la lucha social y política por un nuevo poder que beneficie a quienes nunca ha beneficiado.

En esta perspectiva, ponemos a consideración nuestras elaboraciones programáticas, nuestros espacios e iniciativas inmediatas ante las distintas organizaciones y corrientes sindicales, ante las demás agremiaciones de trabajadores, agricultores, indígenas, pensionados, profesores, desempleados, defensores de Derechos Humanos y jóvenes, y ante las personalidades democráticas del Tolima, con el ánimo de propiciar acercamientos y puntos de encuentro que conduzcan al fortalecimiento del tejido existente y allanen el camino hacia un nuevo momento de lucha.

Por lo pronto, proponemos a las organizaciones sociales y políticas, concretar unos diálogos inmediatos entre la comisión política departamental de la Marcha Patriótica-Tolima y sus directivas u bases en pleno, con el ánimo de avanzar en la consecución del propósito esbozado.

Ibagué, 25 de Mayo de 2012

COMISIÓN POLÍTICA DEPARTAMENTAL
MOVIMIENTO SOCIAL Y POLÍTICO MARCHA PATRIÓTICA

SI SE MARCHITA LA DEMOCRACIA…

Durante los días Viernes 15 y Sábado 16 de Junio, los estudiantes de presencial de la Universidad del Tolima y del Instituto de Educación a Distancia (IDEAD), están convocados a elegir sus representantes ante el Consejo Superior, el Consejo Académico, el Consejo Directivo del IDEAD y los consejos de la mayoría de facultades.

Desafortunadamente, varios candidatos –especialmente de presencial– desistieron de su postulación a dichos organismos, argumentando la ausencia de un verdadero proceso electoral que les permita visibilizar sus propuestas, posicionarlas ante el estudiantado y ganar cierto número de votantes.

Esta situación, a todas luces, no corresponde al espíritu de la universidad, por cuanto no permite un debate mínimo alrededor del papel y la función de los representantes estudiantiles, ni en torno al contenido de su quehacer en los organismos de dirección universitaria; por el contrario, posibilita una simulación de un proceso electoral, mayores tensiones entre los grupos estudiantiles y un despilfarro injustificado de los dineros del Alma Mater.

Unas elecciones en las condiciones como las señaladas simplemente satisfacen los requisitos definidos por la Ley 30 de 1992. La construcción de la comunidad universitaria, principal objeto de los procesos de participación en toda Alma Mater, se desplaza por el afán, la ausencia de elaboraciones políticas, la imposibilidad del debate y la incapacidad de construcción colectiva. Por lo tanto, participar en un proceso como el actual implica cierta complicidad con el deterioro de la naturaleza de la universidad.

En este sentido, el proceso electoral se debe volver a desarrollar en la idea de vivificar la vida universitaria, en concreto debe permitir la disertación y la reflexión sobre el rol de los representantes.

Junto a esto, la reanulación del proceso debe implicar la construcción colectiva de un proyecto de acuerdo que replanteé los parámetros de participación de los estudiantes en la elección de sus representantes, y del conjunto de los estamentos en la definición de las autoridades universitarias, precisamente porque la iniciativa del estudiantado depende de su capacidad para construir utopías y lucharlas.

¡7 AÑOS DE LUCHA POR LA DIGNIDAD Y LA VIDA!

Aun hoy se siente el olor de la primera primavera, la que vimos florecer en 2005 en aquel Congreso constitutivo en Barranquilla, los emblemáticos 8 y 9 de junio, días del estudiante, donde no existían sino deseos de hacer historia y trazar, desde cada universidad, las rutas por donde caminaría la utopía: y comenzamos a vivirla!

La persecución y la muerte nos arrebataron a Martín en Medellín, generaron un ambiente de muerte y zozobra, lamentablemente instaurado en nuestros imaginarios. Años después sería Jan Farid, inscrito en la memoria siempreviva. Nuestra patria maltrecha y amasada con sangre, nos vuelve a veces escépticos e indiferentes frente a la muerte. Nosotros sin embargo decidimos seguir de pie, les gritamos a los verdugos, decidimos que la libertad es esencialmente un gesto por reivindicar la condición humana y profundizar, hasta las últimas consecuencias el derecho a la rebeldía.

Pasamos entonces de ser utopía, a ser dignidad. Y mientras cabalgaban nuestros sueños desde el agreste sur del país, pasando por el suroccidente colombiano, el Sumapaz y la Sabana, los llanos y el labrar del rio Magdalena, hasta llegar a la costa Caribe, cada universidad iba germinando a nuestro paso la flor de la insumisión y la ruptura. Consignamos junto a Allende que “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”.

Decidimos entonces ser agentes del grito, tener por principio el no callar, y el no ceder ante la injusticia. Nos inscribimos en la generación que se atrevió a romper con la desidia para darle una batalla al despojo y la servidumbre.

La represión siguió y nos metió presos sin poder probar nada: porque aunque en Colombia la lucha por la dignidad es un delito político, la juventud y su ímpetu rehúyen cualquier formalismo y se inscriben dentro del único lugar inexpugnable, incluso para ellos quienes todo lo purgan: nuestra determinación de hierro. Hoy, pese a que Jorge Eliecer, Omar, Carlos y tantos otros continúan presos, los llevamos en cada vuelo de nuestra creatividad, y sabemos que ellos van allí, porque hemos aprendido a trastornar el orden y quitarnos los grilletes, así se nos haga un nudo en la garganta.

Hoy llevamos muchos recuerdos, mucha vida, mucha historia detrás. Tenemos el mismo furor de cuando empezamos a construir federación en un proceso de aprendizaje donde nos formamos en las cátedras de la utopía, la dignidad, la esperanza y la lucha por la vida. Les hemos arrancado el aprendizaje a tantos y tan diversos verdugos que han buscado hacer de la represión una forma natural de existir. Pero no se existe plenamente en un país de muerte, si no se resiste. Y en ese marco insistimos peleando y cabalgando junto a las palabras de Jaime Pardo Leal “De que vale la vida si cuando se tiene parece muerta. La vida es para vivirla, para sentirla, para vibrarla. Eso justifica nuestro paso por la Tierra.”

Llevamos 7 años de lucha por la dignidad y la vida en cada universidad. Forjando a cada paso la organización y la huelga. Peleando por una nueva universidad para un nuevo país, aquella universidad que nace en un estudiantado que siente las líneas de José María Vargas Vila “Nos resistimos a ser parte de una generación a la que le toco vivir mientras la libertad moría”.

La consigna por la segunda y definitiva independencia es labrada en cada grupo, colectivo, y parche federado en cada rincón del país y en cada esquina, donde, así esté prohibido conspirar y soñar, es posible y deseable –como siempre debe serlo-, desobedecer. No hay desobediencia que emane de la indignación, que no tenga toda la potencialidad de converger en el más bello de los estallidos conscientes de la rebeldía. Aquel que hace tambalear gobiernos y llenarlos de temor y estigmatización contra el futuro que se refleja en una juventud para la vida. Hemos sido hogar de la esperanza, y somos también parte de la posibilidad, cada vez más real, de llevar la imaginación al poder.

Cumplimos 7 años en el marco del Encuentro Nacional Programático de una de las apuestas más significativas de la historia del movimiento estudiantil: La construcción unitaria de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil y sus horizontes. Eso nos llena de orgullo por ser participes de la manifestación de la consigna unitaria que enarbolamos desde siempre.

Seguiremos insistiendo y resistiendo, sabiéndonos Quijotes que sienten bajo sus talones el costillar de Rocinante, y avanzan cabalgando sin medir nunca el tamaño de los molinos de viento.
Los retos que hoy nos deparan son muchos. Las dificultades aún mayores. Pero el ímpetu y la determinación para afrontarlos, desbordan por completo cualquier posibilidad de detenernos.
La nueva educación para un nuevo país no tiene reversa.

Éstos 7 años nos han enseñado que podemos hacer de la esperanza el diseño de nuestra historia.

FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS
FEU COLOMBIA
POR UNA EDUCACIÓN PARA LA SEGUNDA Y DEFINITIVA INDEPENDENCIA!
CONSTRUYENDO CAMINOS DE UNIDAD!
7 AÑOS