Tras un encuentro con el Banco Mundial (BM) el pasado 17 de Agosto, los indígenas del Cañón de las Hermosas (Chaparral-Tolima), ratificaron su determinación por defender la vida.
Desafortunadamente, los indígenas situados cerca y alrededor del cañón del río Amoyá (Cañón de las Hermosas) piensan diferente. Aunque la hidroeléctrica no ha comenzado su etapa de producción, las comunidades ancestrales de la zona han puesto al descubierto que dicho proyecto no es amigable con el entorno. En un video publicado en Junio de 2012, ellos denunciaron los estragos ocasionados en materia social, económica, política y ambiental.
Pese a que en tal denuncia no figura una referencia directa a las emisiones de carbono y las afectaciones a la capa de ozono, los indígenas si se detienen en las implicaciones inmediatas de dicha construcción, las cuales de una u otra manera alteran el equilibrio natural; por ejemplo, destacan la inminente reducción en la producción de oxigeno. La absorción de las aguas superiores por un túnel que conducen parte del cauce del río Amoyá hacia las turbinas generadoras de energía, han secado los nacimientos de agua de las montañas. Al absorber dichas aguas, por obvias razones, la flora deja de irrigarse y los árboles dejan de producir oxigeno, ocasionando una disminución en el volumen de oxigeno. Entonces, ¿de qué sirve que una empresa que no produce CO2, si reduce la producción de oxigeno?
Por esta razón, y otras de igual importancia como la negación de la consulta previa o posterior a los indígenas del cañón por parte de ISAGEN (empresa responsable de la construcción y puesta en marcha de la hidroeléctrica), las comunidades ancestrales no avalaron el proyecto como generador de energía limpia. Ante funcionarios del Banco Mundial (BM), los gobernadores de las cuatro comunidades indígenas no aceptaron un supuesto incentivo monetario derivado del protocolo de Kioto que posicionaba a la hidroeléctrica como un Mecanismo de Desarrollo Limpio.
A la luz de los funcionarios del BM, la gobernación y el Defensor del Pueblo, esta determinación es un total desacierto, por cuanto se pierden unos recursos para el desarrollo social. Sin embargo, y controvirtiendo esta lógica, la visión del mundo indígena reivindica la estrecha relación entre la vida natural y la vida social, por tanto alterar la primera es socavar la segunda. Consiguientemente, la heroica negativa elevada al BM y la empresa ISAGEN, representa el infatigable esfuerzo por defender la vida y al existencia.
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