Diciembre será un mes trascendental para el comercio de Ibagué. La histórica 3ª cambió radicalmente de aspecto. El colorido río de mercancías dispersas y dispuestas a lo largo y ancho de la calle fue barrido, desde el pasado 17, por las fuerzas del orden.
Después de mucho, la histórica 3ª de Ibagué luce descolorida. Ni los letreros colgados en las fachadas de los negocios oficiales, ni el brillo de sus opacas luces, ni los costosísimos productos de la mayoría de los almacenes la engalanan como lo hacía la baraja de mercancías lanzadas sobre la calle por centenares de vendedores en otras fechas. Hoy, y con motivo a las festividades navideñas y de fin de año, la tercera no resplandece, por el contrario palidece ante su color grisáceo, el caminar casi mecánico de sus transeúntes y la custodia permanente de la policía uniformada y acorazada.
Desafortunadamente, este paisaje lo ven, por lo menos desde el pasado 17 de diciembre, centenares de vendedores ambulantes confinados a las calles que atraviesan la 3ª: algunos tienen que resignarse a mirar como los almacenes se tragan a muchos de sus posibles compradores y los escupen con maletas o decepcionados por los altos costos de sus productos; o, en el peor de los casos, unos cuantos tienen que morderse los labios al ver un conocido, muy posiblemente, necesitado de sus mercancías.
Sobre la 13 frente al Calzado Diana
Ubicado sobre la calle 13 muy cerca de la 3ª, está una aparente extensión del Calzado Diana. Para un desprevenido, esto podría simular una estrategia de venta, pero representa todo lo contrario. Aunque con notables diferencias, las mercancías dispuestas sobre una mesa son una manifestación de una competencia velada para algunos almacenes de esa zona: ofrece tenis, camisas y camisetas.
De pie y desde una silla, los propietarios del negocio muestran una imborrable expectativa mezclada con algo de impaciencia; al parecer ocupaban un lugar sobre la tercera mucho mejor del que ocupan actualmente. El barrido realizado por decenas de uniformados el pasado 17 los lanzó a una calle ajena y lejos de las posibilidades reales de una venta. El revolcón de la 3ª los convirtió en espectadores de un drama en la cual ellos eran protagonistas: ya no venden igual, tienen más tiempo para ver como los almacenes abrigan y desabrigan transeúntes.
La nueva sección del Surtitodo
Una calle después, sobre la 14, el gran Sutitodo pareciera que hubiese sufrido de indigestión. Centenares de mercancías se encuentran organizadas de tal manera que sólo brindan la posibilidad para caminar y respirar. Los vendedores ambulantes arrojados de la 3ª encontraron frente a la entrada del almacén el lugar más idóneo para jugar a la oferta y la demanda. Según los dueños del negocio, eso los afecta, ya que la abundancia de posibilidades reduce las ventas y sus ingresos. No obstante, es la única forma a través de la cual los “arrimados” le hacen el quite al oficio de espectador.
Cerca al Pasaje Real
Los mirones aumentan mientras más se acercan a la segunda, debido a que las ventas disminuyen. La itinerante venta de chontaduro hoy por hoy es uno de los competidores de Super Jugos Frutitodo, cerca de la entrada del Pasaje Real de la 14. La imposibilidad de desplazarse libremente sobre la 3ª convierte a su dueño en un estático compadre de sus vecinos: al ver un aumento significativo de sus ventas, la única opción viable es estrechar las relaciones sociales, bien sea para hacer más ameno el paso del tiempo o para ganar uno que otro punto con una señorita también afiliada al comercio informal.
¿Qué paso con las soluciones?
Aunque la reubicación de los vendedores ambulantes es beneficiosa para el comercio oficial, como lo ha destacado El Nuevo Día, para quienes viven de la informalidad es toda una tragedia. El desplazamiento a las zonas aledañas de la 3ª, a parte de no resolver el problema, implica nuevas batallas para los protagonistas de la informalidad: visibilizar la mercancía, posicionar el negocio, ganar clientela y alcanzar la meta diaria (un mínimo vital) por lo menos durante la temporada. Además, y como es apreciable, la dichosa reubicación no representa una solución significativa para todos, tan sólo mueve las fichas en detrimento de los ingresos de unos y a favor de otros.
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