El pasado 6 de Junio, la Universidad del Tolima y sus inmediaciones fueron los escenarios donde, por un lado, los estudiantes y efectivos del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) se enfrentaron frente a frente y, por otro, la Policía Metropolitana de Ibagué –en la tarea de aislar al estudiantado ubicado sobre la carrera 4ª Estadio– protagonizó variados desafueros y excesos de autoridad.
Como era de esperarse, la acción policial en ambos campos fructificó a través de los medios de información regionales, ya que la institución difundió una serie de fotografías de los supuestos provocadores y terroristas participes en la protesta. Esto con el fin de garantizar la judicialización de las personas identificadas en las imágenes, sometiéndolas al escarnio público y vulnerándoles –así se les llegue a comprobar su culpabilidad– el derecho a la defensa y la presunción de inocencia.
Con estos elementos, Leonardo Jaimes, abogado de profesión y colaborador de la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (FCSPP), manifestó su mirada frente a las apuestas de la Policía Metropolitana de Ibagué y el papel desempeñado por el diario El Nuevo Día, complementándola con algunos ejemplos y reflexiones sobre las consecuencias venideras después de los hechos ocurridos el pasado 6 de Junio.
ABOGADO MANUEL JAIMES OPINA SOBRE ALGUNAS DE LAS CONSECUENCIAS DE LOS ACTOS DEL 6 DE JUNIO
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