9 de abril: movilización por la paz, la democracia y la defensa de lo público
Una luz de esperanza se asoma en nuestra patria: ha vuelto a resurgir el diálogo, y un acuerdo definitivo de paz se hace cada vez más urgente y posible. Colombia entera clama por una solución política, pacífica y negociada del conflicto interno que vivimos.
Porque somos más, la llave de la Paz está en nuestras manos, el diálogo de La Habana requiere el respaldo de toda la sociedad, porque Colombia no resiste mas heridas causadas por la guerra, porque la Paz debe traer consigo muchas transformaciones necesarias e inaplazables que deben ser construidas por todos y todas.
La Paz es también un Estado que brinda garantías a sus ciudadanos, defendiendo los intereses de la comunidad: el agua, el trabajo, la salud, la educación y la vida. Porque la paz es también la defensa de lo público. La paz debe superar la ambición desmedida de quienes han visto en la guerra y en el despojo de la tierra la fuente de sus enormes riquezas. Colombia es uno de los tres países más desiguales del mundo.
Los diálogos en pro de la Paz, el diálogo de La Habana del Gobierno Nacional con las FARC -y los diálogos que puedan abrirse con el ELN y el EPL- requieren el respaldo de toda la sociedad. Porque la paz se teje con mano ciudadana. El acuerdo imprescindible del Estado y la insurgencia sólo será posible y duradero si campesinos, indígenas, trabajadores, intelectuales, estudiantes, empresarios, los hombres y las mujeres de nuestro país, participamos en la construcción de la Paz con creyentes y no creyentes, con partido o sin partido, deportistas, artistas, defensoras de derechos humanos.
Y por supuesto, con las víctimas. Las generaciones pasadas reclaman de nuestra generación el acto supremo de justicia: la paz. Y las generaciones que vienen exigen de nosotros el acto supremo de humanidad: permitirles la existencia misma. Una vida digna. No es poca la responsabilidad que nos cabe a los colombianos y colombianas del presente.
El Gobierno Nacional y los grupos insurgentes han escuchado esos mensajes contundentes de la sociedad colombiana: mantener el diálogo hasta lograr un acuerdo definitivo, abrir el camino de la Paz y la justicia, aportar en la construcción de la democracia y reconstruir el país. En suma somos más quienes reclamamos nuestro derecho a la Paz, la democracia y lo público y nos movilizamos porque con la certeza de que la llave de la Paz está en nuestras manos.
Colombianas y colombianos:
“La Paz es un efecto, tiene sus causas: el respeto de los asociados a los derechos mutuos”. Lo dijo Gaitán hace 65 años. Conscientes de su legado histórico, de la veracidad y la vigencia de tal afirmación, las y los convocamos para que el 9 de abril las calles de Bogotá y de todo el país sean el recinto sagrado donde pronunciar nuestra segunda Oración por la Paz; será el modo de expresar nuestro respaldo irrestricto a los diálogos del Estado y las FARC; pero sobre todo para que de nuestras manos, sueños y corazones surja una Colombia nueva, guiada por una voluntad creciente de justicia social y reconciliación.
9 de abril: Movilización Por La Paz, la Democracia y la Defensa de lo Público
Somos más, ahora sí la paz
Comité de Impulso Movilización Por La Paz, la Democracia y la Defensa de lo Público
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