Jesús Santrich. Foto tomada de #SantrichLibre. |
Por: Juan Bermúdez
Con titulares como “Jesús Santrich abandonó su esquema de seguridad, se desconoce su paradero” de RCN Noticias, o “Paradero de Jesús Santrich es incierto: UNP” de Noticias Caracol, los medios masivos iniciaron –desde el pasado 30 de junio– un nuevo ataque contra quienes se la juegan por una paz que signifique justicia social. En un afán aparentemente imparcial por informar sobre la desaparición de uno de los excomandantes guerrilleros, los noticieros transformaron este hecho en un acontecimiento de alcance nacional; de hecho, sentaron las bases para la producción y reproducción de una información tendenciosa, por cuanto presentaron la actuación de Santrich como un acto en contravía de los compromisos adquiridos por él tras la firma del acuerdo para la construcción de una paz estable y duradera.
Esto lo corroboró el presidente Iván Duque al día siguiente desde el departamento del Meta. Al afirmar que la acción de Santrich “muestra que su deseo es eludir la justicia”, el mandatario anuló cualquier posibilidad de daño contra su integridad y/o de desaparición forzada, e instituyó un horizonte de sentido fundado en una aparente verdad: Santrich está huyendo de la justicia.
Sin ofrecer el beneficio de la duda, los medios más prominentes del país replicaron y enfatizaron la verdad instaurada por el presidente. Con titulares como “Qué Santrich viole protocolos muestra su deseo de eludir la justicia” y “Seremos implacables con la reincidencia: Duque sobre paradero de Santrich”, El Tiempo y RED+, respectivamente, presentaron al exnegociador como un prófugo de la justicia, como participe del delito de narcotráfico, y como un traicionero de los acuerdos pactados en las negociaciones de La Habana. En definitiva, estos medios acentuaron los valores negativos de Santrich para así construir una imagen estereotipada de él, es decir una imagen que al mencionarse sólo evoca características cuestionables.
Empero, el ataque contra Santrich va más allá. La idea de Iván Duque no sólo justificó una imagen tendenciosa del exguerrillero, sino una proliferación de sentido contraria a los principios consagrados en la Constitución Política del país. Los titulares anteriores y otros revelaron esto, por cuanto pusieron en entredicho la pretensión de inocencia propia del orden jurídico-político colombiano; incluso, erigieron como jueces a quienes no son responsables de impartir justicia. Así, la máxima de Duque facilitó el enjuiciamiento a priori de Santrich por encima del procedimiento legalmente establecido por las normas colombianas.
Como si fuera poco, el 2 de julio Caracol Noticias publicó una nota titulada “Jesús Santrich estaría en Venezuela con Iván Márquez”. Aunque el verbo estaría salva al medio de cualquier responsabilidad, porque sugiere posibilidad; esta ofrece un margen de interpretación sesgado. El tratamiento previo de la actuación de Santrich hace que una buena parte de los lectores/consumidores de información supongan que el exnegociador está fuera del país con sus antiguos compañeros de lucha. Además, la mención de fuentes poco fiables engrandece una posibilidad que no está confirmada. Por esto, Caracol Noticias manipula y especula con el posible paradero de Santrich para enfatizar su condición de prófugo, responsable de algún delito y traicionero de sus compromisos con la paz.
Este tratamiento mediático pone al descubierto un sesgo y, con esto, una suerte de persecución. Al utilizar como pretexto un hecho sobre el cual se desconocen sus causas, los informativos más sobresalientes del país se alinderaron en contra de un hombre crítico del papel del gobierno para con la implementación del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y duradera. En este sentido, los medios son reiterativos a la hora de presentar sus acciones en contravía de la justicia, las víctimas y la paz de Colombia.
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