ELECCIONES TRANSPARENTES EN LA UT: LA FALACIA DE SEPTIEMBRE
La puja de los estudiantes de la UT por un espacio en el Consejo Superior, el Académico y los de facultad se ha enmarcado dentro un pacto por unas elecciones pacificas y transparentes. Días atrás, el grueso de los candidatos lo suscribieron correspondiendo con el interés y el deber de la dirección universitaria por desarrollar un proceso electoral democrático y participativo. Sin embargo, esto ha terminado siendo un saludo más a la bandera.
La disputa por la representación al Consejo Superior se ha desarrollado en medio de un ambiente contrario a los principios del pacto. Por ejemplo, el equipo de trabajo de la plancha #5 se ha encontrado con comentarios resultantes de una campaña sucia contra quienes aspiran a asumir esta representación desde presencial. Entre estos figuran unos difamatorios que los ubican como quienes desean clausurar el IDEAD (lo peor de todo es que hay profesores y directivos que saben de estas conductas). Por esto, una parte del estudiantado de distancia se ha mostrado reticente al diálogo con los candidatos de presencial, porque ya están parcializados.
Lo paradójico de la situación es que los de presencial, en particular la plancha #5, se ha dado a la tarea de pensar en los de distancia. En su condición de estudiantes de la sede central han reconocido que la existencia de dos modalidades de educación no es un pretexto para separar la universidad y sus estudiantes. Por el contrario, se la están jugando por exigir en el superior una asignación presupuestal que asegure lo más mínimo para el estudio. Muestra de esto es su insistencia por reorientar el presupuesto en función de la conectividad, y un bienestar garante de la permanencia y la graduación.
La cuestión es más chistosa aún. Con respecto a las propuestas de antiguas candidaturas, la plancha #5 es la que ha considerado la importancia de sedes de la UT en otros municipios diferentes a Ibagué. La calidad de la formación, que es el resultado de varios factores, requiere de una infraestructura adecuada y pertinente: no más colegios prestados o alquilados para la actividad académica universitaria. En otras palabras, una la plancha de presencial está pensando en quienes están en otros lugares del Tolima y el país pagando por un servicio.
Lastima que la transparencia se esté viendo opacada por prácticas que atentan contra la democracia. En atención a los principios de la UT, esto constituye una grave afrenta, porque solapa el carácter democrático de la institución y la presunta participación en la toma de decisiones; incluso, pone en entredicho el papel de la dirección universitaria, en tanto no está garantizando la transparencia que ha exigido y la que debe garantizar. Ojala, y antes de culminar el debate electoral, la dirección se ponga las pilas con un necesario debate entre los candidatos. Tal vez así remedie su omisión con la transparencia que tanto enarbola.
Escrito por David Rodrigo Copetrán
Tag: Opinión
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